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Crítica de piedadrs96


piedadrs96
15 December 2020
Cuando pienso en Hijo dorado me viene a la cabeza la palabra "huracán", es un fenómeno natural que arrasa todo a su paso, a los personajes y al lector que se atreve a abrir sus páginas. Se trata de una historia que te atrapa de tal forma que, aunque deja tus nervios a flor de piel, no puedes evitar amarla con todo tu corazón. Amanecer Rojo —su primera parte—, te deja sin palabras, pero Hijo dorado te rompe de tal forma que ni siquiera sabes cómo reaccionar. Se trata de una clara excepción a la frase: “Las segundas partes no son buenas” , como explicaré a través de mi reseña.

POSIBLE SPOILER DEL PRIMER LIBRO:

Darrow acaba el Instituto demostrando ser mejor que cualquier Dorado, vence a todas las casas aprendiendo a liberar a los esclavos para hacerlos sus amigos y se apodera del Olimpo sin mirar atrás. Cuando toca la hora de elegir una casa, las más grandes quieren hacerse con su patronazgo, sin embargo, se marcha con Augusto para seguir cumpliendo el sueño de EO. La Academia, el segundo paso para convertirse en el más grande, le lleva a perder el apoyo de su maestro y tener que buscar aliados para mantenerse a salvo.

POSIBLE SPOILER DEL PRIMER LIBRO:

El estilo de Pierce Brown se destaca por el uso constante de referencias históricas e, incluso, literarias. Las más claras son las que tienen que ver con la Antigüedad Clásica, desde nombres romanos a expresiones y técnicas de combate. Sin embargo, también hay numerosos paralelismos con el Antiguo Régimen, el colonialismo y otras partes de la historia como la fuerza naval inglesa a manos de Nelson. Una de las referencias que más me ha llamado la atención ha sido bíblica, el beso de Judas antes de que a Jesús lo clasificasen. Ha sido curioso encontrarla en medio de todo lo histórico y la lucha social constante.

El hecho de que incluyese tantas referencias trae consigo tres ideas: 1) la historia siempre se repite y en Hijo dorado el futuro trae de vuelta la tradiciones antiguas; 2) los vencedores son quienes escriben lo ocurrido, los que dejan constancia de una historia que omite a los vencidos; y 3) para vanagloriar a cierto grupo social se utiliza la antigüedad clásica y su esplendor, cuando gran parte del mundo estaba unido al Imperio Romano —es lo mismo que ocurrió con Hitler para legitimar su poder—. Con esto me hace pensar en María Zambrano y otros muchos autores que hablaron sobre la historia durante la Primera y Segunda Guerra Mundial.

Si a esto le añades el uso constante de verbos que aumentan la intensidad de la acción y la emoción con la que carga cada palabra al emplear adjetivos que intensifican lo bueno, pero también lo malo, tienes una mezcla explosiva. Desde el primer momento capta tu atención y eres incapaz de salir de la vorágine de acción que aparece en la trama. Los acontecimientos se suceden uno a uno, aumenta su ritmo para concluir en una explosión que te derrumba por completo. La progresión y evolución de cada parte (está dividido en cuatro) es tan constante que partes de una historia buena para terminar en algo sublime.

Cada capítulo es coherente, se relaciona con el primer libro terminando los cabos sueltos que empezaron allí y creando otros que te hagan anticipar el tercero. Sin embargo, no queda ahí. También muestra una coherencia interna. Cada suceso tiene un sentido, ya sea a través de una referencia histórica o literaria externa, por lo ocurrido anteriormente o por los sentimientos de los personajes. No hay nada que quede sin explicación, sin cerrar, a no ser que vaya a tener una continuación en Mañana Azul. Además, los elementos de ciencia ficción y la estructuración social están tan bien planteados que eres capaz de imaginarte un futuro así, donde el poder lo tienen unos pocos y la esclavitud vuelve a estar presente.

Los personajes también están bien construidos, igual que la ambientación y la trama, permitiéndome destacar dos aspectos: 1) la evolución de cada uno; y 2) las relaciones que se establecen entre ellos. La progresión de la personalidad de cada personaje y la profundidad que ocultan su interior no solo vuelve la historia más verosímil, sino que te hace empatizar con ellos. La maldad de algunos personajes hace parecer a los demás buenos, hace ver bien a aquellos con causas heroicas y buenas en sus acciones, aunque sus métodos no sean los mejores y el fin no debiese justificar los medios. Esto hace que la estructura mental, la psicología tras los nombres, sea aún más enrevesada y trabajada. En cuanto a las relaciones, vemos amistades y enemistades muy intensas. Aquellos que odian, lo hacen con todo su corazón, de la misma forma que la lealtad y el amor se encuentran profundamente arraigados en ellos. Trabajar la forma en la que interacciona los personajes de esta forma demuestra la maestría de Pierce Brown y las horas que habrá pasado planteando como iba a conectarlos entre sí.

En conclusión, podría hacer un artículo e incluso una tesis a partir de Hijo Dorado, tiene tantas conexiones con la historia, la filosofía y la literatura que no acabaría de hablar de él, no sería capaz de agotarlo. Cuando un libro te emociona hasta el extremo y te hace querer volver a él aunque lo acabes de termina, sabes que has encontrado TU historia, esa que vas a atesorar durante mucho tiempo y que acabaras releyendo más de una vez.
Enlace: https://www.goodreads.com/re..
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