Este libro contiene monólogos breves (la mayoría de 3 o 4 páginas), agrupados en secciones con un mismo tema como eje central. Esto, unido a que son textos ligeros y humorísticos, hacen que su lectura sea muy ágil. Es la primera vez que leo un libro de monólogos, y ha sido una experiencia curiosa. El estilo de Luis Piedrahita es muy característico y me ha resultado imposible leer estos pequeños monólogos sin oirlos con su voz. Pero, a pesar de tener su gracia, he sentido que faltaba algo, y es que el monologuista les da vida, no es lo mismo oírlos que leerlos. Aunque ha sido una lectura amena y divertida, no creo que lea más libros de monólogos, pues siempre les faltará la chispa que les da el cómico. Eso sí, las risas no me han faltado al pasear entre sus páginas, ¡objetivo cumplido! |