Diecinueve minutos

Peter, de 17 años, lleva años siendo víctima de acoso por parte de sus compañeros y su única amiga, Josie, ha empezado a evitarle desde que se juntó con un grupo de alumnos populares.
El día que Peter llega al límite, decide pasar de víctima a verdugo y como consecuencia, las vidas de muchos habitantes de Sterling cambiará para siempre.
Cuando lleva a cabo la venganza, la única persona que se puede considerar testigo presencial es precisamente Josie, quien afirma no recordar nada y que, para complicar más las cosas, es la hija de la juez que llevará el caso.

Con un puzzle de personajes que encajan a la perfección entre ellos y en la propia historia, y con una inmensa capacidad para hacer que te pongas en el lugar de cada uno de ellos, la autora pone sobre la mesa diversos temas morales y hace que nos preguntemos si realmente conocemos a las personas que viven junto a nosotros.

Desde que leí por casualidad un libro de esta autora, me he sentido fascinada por sus historias ya que siempre consigue hacerme pensar, plantearme cosas, me saca de esa inocencia que todos tenemos sobre lo tranquilas, seguras y ciertas que son nuestras vidas y creencias.

Os recomiendo que leáis alguno de sus libros


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