La desaparición

Ha sido una lectura muy sobria con fuerte presencia de conflictos étnicos y actitudes discriminatorias.

Atípica novela negra que se basa en la desaparición de niñas y adolescentes con gran calidez de diálogos.
La escritora realiza un análisis sociológico de la zona que la que el aislamiento que se sufre tiene un papel fundamental.

Doce historías que terminan entrelazándose y que tienen como hilo conductor a la mujer. La mayoría silenciadas y anuladas que han sufrido la violencia en alguna de sus formas.

"La desaparición" es de esas novelas que, nada más leer la sinopsis, engancha y no puedes evitar llevarte a casa.

Julia Phillips sitúa su historia en Petropávlovsk, una ciudad de Rusia. Los capítulos están divididos en meses, de tal manera que la historia empieza en agosto, y se podría decir que termina en agosto. Todo un año de misterio, de incógnitas sobre lo ocurrido. ¿Cómo es posible que dos niñas hayan desaparecido y nadie haya visto nada? La alusión durante todo el año a que es difícil, que es un sitio pequeño, que incluso comparan con una isla, hace que el lector no pare de pensar diferentes hipótesis. Una cosa está clara desde el principio, las niñas se van con un hombre normal, en un coche grande, oscuro y limpio. Con esa premisa, las conjeturas de lo ocurrido parece que no dan mucho margen de acción, pero no es así. al igual que en miles de hogares en la actualidad, es posible que alguien desaparezca, nadie vea nada, y no se sepa nada nunca. Una triste realidad, que nunca pensamos que nos puede tocar a nosotros.

"La desaparición" juega con la esperanza y el horror de lo ocurrido, una mezcla que funciona.

Julia Phillips ha escogido cada mes para desarrollar la historia de un personaje. Este detalle me ha gustado, ya que, aunque parece que deja de lado a las hermanas Golosóvskaia, Aliona y Sofía, no es así. A través de cada uno de ellos, en su gran mayoría mujeres, podremos ver cómo la desaparición ha influido en su vida. Pero también sus problemas, la inestabilidad de sus vidas y la influencia de la sociedad. Mujeres fuertes, diferentes, con vidas perfectas o no, a las que una enfermedad, un perro, una pareja o la simple rotura de una tubería de agua, provocará que su día a día se tambalee. En todo momento, Aliona y Sofía están presentes, bien sea por una pequeña implicación, por miedo de lo ocurrido, o por afinidad de sentimientos respecto a la madre de las niñas.

Julia Phillips hace que la desaparición de las niñas juegue un papel importante en los habitantes de Petropávlovsk o pueblos cercanos. Consigue que cada personaje, en un momento dado, lo sienta como propio. Creo que es difícil de conseguir algo así, y que a la par el lector también lo sienta, pero a través de cada capítulo, de cada mes, lo ha logrado.

"Junio y Julio", serán dos capítulos importantes, con un giro brutal, en el que cobrará sentido toda la historia. Es como si "La desaparición" fuera una tela de araña, en la que por cada hilo, se es capaz de llegar al centro, que son Aliona y Sofía.

No me esperaba para nada el final y me ha dejado con buen sabor de boca. Julia Phillips deja a la imaginación del lector el final del capítulo de "Julio", o el siguiente, que ni siquiera existe, "Agosto". Es la sensación que me ha dado, y me ha gustado jugar con la idea de lo ocurrido.

"La desaparición" es un thriller trepidante que no dejará indiferente a quién se atreva a pasear por sus gélidas páginas.
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“Sofia soltó la puerta. Aliona miró hacia la parada del autobús, al otro lado de la calle. En bus tardarían más de media hora, en coche llegarían a casa en diez minutos.” ~ La desaparición de Julia Phillips.

En un pueblo costero de la península de Kamchatka dos hermanas pasean por la playa cuando de regreso a casa se suben en el coche de un desconocido pensando que así llegarán antes. Pero las hermanas nunca llegan a su destino. Esto sucede en agosto de un año y el libro se divide en capítulos, uno por mes, hasta julio del año siguiente con un capítulo especial a la noche de fin de año. En cada uno de ellos conocemos la historia de algún habitante del pueblo.

En primer lugar aviso que si lo que esperáis es encontrar una historia centrada en la desaparición de las niñas, erráis. No hay investigación, no hay búsqueda de pruebas ni de culpables. La desaparición de las niñas es simplemente el trasfondo de las historias que recoge porque cada capítulo es una historia diferente de los los personajes que viven en Kamchatka; en algunos casos vemos como la desaparición les influye de manera más directa y profunda en su vida y en sus relaciones pero la mayoría de las veces es simplemente un hecho inconexo con la historia que nos narra.

Así que el libro puede ser novela de intriga por cuanto no sabemos qué les pasó a las niñas pero por lo demás es una novela de vida cotidiana, de reivindicación a las razas indígenas, de derechos de la mujer y de relaciones personales. Evidentemente no es lo que yo esperaba encontrar pero, en líneas generales, no me ha disgustado. Me han gustado algunas historias más que otras y reconozco que lo que me ha resultado más complicado es recordarlas y sobre todo recordar los nombres por lo que en más de una ocasión, leyendo alguna historia, he tenido que volver y recordar alguna anterior cuando hacían referencia a otros personajes.

Es agosto y las hermanas Golosovski han salido a jugar a orillas del mar. Lo que parecía una tarde rutinaria y aburrida, acaba convirtiéndose en un día aciago en el que movidas por la confianza inocente y desinteresada propia de su edad (11 y 8 años, respectivamente) aceptan que un desconocido las lleve a casa en su coche.

Julia Phillips crea una historia muy diferente a otras del género, en la que la investigación sobre la desaparición de las hermanas no recae en la policía como tiende a hacerse en este tipo de novelas, sino que lo hace en un colectivo más amplio, la sociedad. Si bien al principio puede parecer caótico o inabarcable, con el paso de los capítulos va cobrando sentido y resultando en una experiencia hipnótica, cargada de suspense y crítica social.

Para conseguir que el lector vaya conociendo a los múltiples protagonistas de la novela, Phillips juega con una narración en la que cada capítulo marca el paso del tiempo y un cambio en el narrador. Es un recurso muy original, ya que en ningún momento olvidamos ese misterio que debe ser resuelto, pero nos permite ir avanzando con calma, como en el mundo real, y ver cómo este tipo de eventos son percibidos por los demás.

Es sorprendente cómo, aunque al principio pueda generar confusión, todos los personajes y todos los elementos que van apareciendo a lo largo de la novela, tienen relación y en ningún momento permiten desconectar con la trama principal, dejando claro que es una obra perfectamente perfilada, con mimo y cuidado, de lectura pausada y disfrute asegurado.

Dos niñas de 11 y 8 años, de vacacioneshan dado un paseo hasta la playa mientras su madre trabaja. A a la vuelta, suben al coche de un extraño que les dice que las llevará a su casa. Las hermanas son secuestradas y su ausencia lo salpicará todo.
A lo largo de los doce meses siguientes a la desaparición de las niñas, personajes conectados de un modo u otro a ellas, como con finos hilos de telaraña nos cuentan su historia a lo largo de doce capítulos. Todos ellos se conocen entre sí y todos tienen algo en común con las niñas y todos sufren de una forma u otra un castigo por la desaparición. Son mujeres atrapadas en una ratonera física (la península de Kamchatka) y mental (adolescentes casi abandonadas, jóvenes que sueñan con emigrar a otro lugar, hijas perdidas, hijas que no se han tenido, madres con hijas que huyen, esposas con maridos ausentes en alta mar). Cuentan la violencia que sufren en casa, en el trabajo, en la universidad, sola con los hijos...Es la discriminación que sufren los nativos por parte de los blancos descendientes de rusos, por eso la mujer nativa sufren el doble.
Como la información se va obteniendo poco a poco consigue crearte un malestar y un desasosiego que no desaparece hasta la última página y merece la pena llegar a ella. Me ha gustado.

No es un thriller. No hay pistas como tal sobre lo que realmente les puede haber ocurrido. Se trata de una novela que relata en 13 capítulos narrados por mujeres, cómo afecta a la sociedad y a personajes más o menos cercanos a estas chicas, la desaparición de las mismas.
A mí me ha decepcionado bastante, principalmente porque me esperaba otra cosa totalmente distinta.
La mayoría de los relatos que cuenta no son en absoluto trascendentes para la historia principal, en muchos casos se trata de alguien que ha visto en la tele que dos chicas han desaparecido, reflexiona un párrafo sobre ello y el resto del capítulo, el cual es extremadamente largo, se limita a confesarnos los pensamientos sobre cualquier tema de su vida, relación amorosa, trabajo, hijos...
Para que nos entendamos, es como si hablas con tu vecina del quinto y te dice “He visto que han desaparecido dos niñas, qué triste. Aprovecho para contarte que mi marido me pone los cuernos con su compañero Paco y además estoy embarazada de trillizos”.
Sin embargo, tengo que concederle que he podido empatizar con muchos de los personajes que completan este libro. Me ha resultado excepcional la manera en la que te hace meterte en la vida de esas personas que no conoces, y que en un principio ni siquiera te importaban. Es una auténtica pena tener que quedarnos sin saber cómo concluyen estas historias por tener que darle paso a otro capítulo más. Creo que este libro habría ganado muchísimo, por lo menos para mí, si hubiera tenido menos perspectivas y que, en su mayoría, tuvieran más relación con el caso principal.

Las hermanas Aliona y Sofia están pasando la tarde en la orilla del mar: están tumbadas, Aliona le cuenta una historia a Sofia. Deciden regresar a casa y un hombre extraño se ofrece a llevarlas a casa, y deciden aceptar. Cuando se pasa el cruce para llegar a su casa, Aliona y Sofia se dan cuenta de que no van a llegar a casa ese día.

Tenemos una novela dividida en meses, donde cada mes nos centramos en una mujer que de cierto modo le ha afectado la desaparición de las hermanas. Nos van contando un día de estas mujeres y como de cierto modo están siendo juzgadas, discriminadas ya sea por su tipo de familia, por su clase social... nos muestra en cada capítulo los problemas de estas mujeres.

Al tener tantas tramas distintas y tantos personajes, sí que me pareció un poco caótico de leer (menos mal que estaba al principio el listado de los personajes), y me quedé con ganas de más, ya que se sabe poco de mucho, sería mejor menos historias y profundizar más, sobre todo, en la trama principal. También me decepcionó el resultado, ya que, desde mi punto de vista, ponían al culpable muy obvio desde la primera vez que aparece.

De todos modos, me parece un planteamiento interesante, ya que leemos distintas voces en una única historia, y al fin y al cabo, la importancia de esta novela no es la resolución del caso, sino una crítica a la violencia que se ejerce sobre las mujeres.

“La desaparición”, el debut literario de mi tocaya Julia Phillips tiene todos los elementos para convertirse en la lectura del verano: un thriller con desapariciones/secuestros, un misterio por resolver, personajes enigmáticos y un lugar aislado como es la península de Kamchatka. Si bien todo ello ya nos llama la atención, la autora da un paso más y se vale de esta historia “noir” para ahondar en las violencias machistas y sus distintas caras.

La historia comienza con las hermanas Alyona y Sofía Golosovskaya, de once y ocho años respectivamente, que tras pasar un día en la playa aceptan que un misterioso extraño las lleve en coche a casa. Éste, aprovechándose de la bondad de las niñas las secuestra y desaparecen éstas sin dejar rastro. A raíz de este fatídico suceso ocurrido en agosto, los meses avanzan con cada capítulo -septiembre, octubre, noviembre… y así hasta julio- en los que iremos conociendo a distintos personajes. Como si se tratara de una historia de relatos, la autora nos presenta a varias mujeres cuyo nexo de unión común, ya sea de forma directa e indirectamente, es la desaparición de las niñas.
Vemos cómo la desaparición de las hermanas Golosovskaya afecta, especialmente, a las mujeres de esta zona: pone en ‘stand by' la amistad de otras chicas de su edad -ya que ya no se les permite salir de casa solas-; altera las relaciones de las parejas jóvenes, volviendo a los hombres más posesivos y exigentes; se cuestiona la maternidad en función de la culpabilidad; se reabren viejas heridas del pasado; y hace que la gente sospeche unos de otros.

La novela nos invita a adentrarnos en esta comunidad, con Phillips como guía como si fuéramos visitantes de una tierra extranjera semidesconocida -trazando claras distinciones entre las poblaciones como la capital, Petropavlovsk-Kamchatsky, y las más alejadas como Esso o Palana -, descubriéndonos así una sociedad patriarcal y profundamente xenófoba donde crecer siendo mujer conlleva sacrificios.
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Cuando la forma de presentarte una trama te llama tanto la atención que esperas a que la novela esté libre en la biblioteca. Luego le haces hueco entre tus lecturas pese a ir falta de tiempo. Y al final resulta que te decepciona, que la historia no tiene nada que ver con lo que imaginabas y que lo único que te parece que ha merecido la pena es el primer y el último capítulo. Eso pasó con este libro.

Si estáis buscando una novela policiaca al uso, este no es vuestro libro.
Si lo que queréis es un debut espectacular, sobre la violencia diaria que sufren las mujeres y con unos personajes increíblemente bien construidos, ya estáis tardando!

“Crees que estás a salvo, pensó. Te cierras en banda y mantienes tus reacciones a raya para que nadie, ni un inspector, ni un padre, ni una amiga, pueda entrar. Obtienes un título universitario y un buen trabajo. Tienes tus ahorros en divisas extranjeras y pagas religiosamente tus facturas. Cuando tus compañeros de trabajo te preguntan por tu vida familiar, no respondes. Te empleas más a fondo en tu trabajo. Haces ejercicio. La ropa te queda bien. Las aristas de tu afecto, siempre afiladas, como un cuchillo, para que todo el que se te acerque sepa que tiene que tener cuidado contigo. Crees que has conseguido cierto nivel de protección, pero no es así, al final te das cuenta que estás indefensa, expuesta a todo el mundo que has conocido.”