—Ya no te amo —susurró ella. —No te amo en absoluto. A él se le puso un nudo en la garganta. —No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos. |
—Ya no te amo —susurró ella. —No te amo en absoluto. A él se le puso un nudo en la garganta. —No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos. |
—La próxima vez que oiga a una mujer decir que los hombres somos unos neuróticos, recordaré esto. Tú me dices que te gusta mi cuerpo, ¿y qué hago yo? Te doy las gracias. Luego te digo que me gusta el tuyo, ¿y qué escucho? Una larga lista de quejas.
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—Eres una maldita romántica. Algunas veces, cuando te veo observándome, tengo la sensación de que no me ves cómo soy en realidad, sino como tú quieres que sea.
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-No deberías desafiar a alguien que no tiene nada que perder.
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—Ya pensaremos algo. —Para sorpresa de la joven, Alex le dio un besito en la punta de la nariz antes de girarse para marcharse, pero se detuvo en seco y se volvió de nuevo hacia ella. La miró un buen rato. Luego inclinó la cabeza y posó sus labios sobre los de Daisy.
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Mientras Daisy perdía el corazón por el elefante, Alex estaba en la puerta trasera del circo, observando lo sucedido. Vio cómo el elefante curvaba la trompa en torno al brazo de su esposa y sonrió. Lo supiera Daisy o no, acababa de hacer un amigo para toda la vida. Se rio entre dientes y se encaminó hacia el vagón rojo.
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- Lo he visto muchas veces. Las mujeres anhelan lo que no pueden tener; incluso aunque no sea bueno para ellas.
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No te amo, Daisy, y no puedes hacerte una idea de cuánto lo siento, porque si tuviera que amar a alguien, sería a ti. |
Eres una maldita romántica. Algunas veces, cuando te veo observándome, tengo la sensación de que no me ves como soy en realidad, sino como tu quieres que sea
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No deberías desafiar a alguien que no tiene nada que perder
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Gregorio Samsa es un ...