Es este el segundo tomo de la trilogía escocesa de Peter May con el policía Finlay Macleod, originario de la isla de Lewis de las islas Hebridas exteriores. Macleod vuelve a la isla de Lewis al cabo de un año con respecto al episodio anterior porque ha divorciado, renunciado al cuerpo de la Policía y terminado su formación en Informática. Quiere retomar una nueva vida. En la isla se tiene que preocupar de rehabilitar la casa de sus padres que está en ruinas, sumida a las terribles condiciones climáticas locales. Justo en el momento en que se descubre un cadáver bien conservado y enterrado en la turba. Se aprenderá que la turba conserva la materia orgánica de manera increíble con un pH ácido del agua, las temperaturas bajas y la falta de oxígeno. Rápidamente la datación al carbono dará como fecha del crimen los años 50 y Macleod se implicará porque un año atrás se le hizo un test ADN a casi todos los varones de la isla, y se podrá establecer una filiación probable con el cadáver de la turba. La encuesta me pareció un poco pesada, burda, previsible y el final algo exagerado. Pero una vez más la descripción del medio ambiente me resultó deslumbrante con un clima cambiante y violento y unos paisajes hermosísimos en su belleza primigenia. Al final del opus la vida de Macleod toma otro rumbo y encuentro que su personalidad está demasiado esfumada, se le conoce poco. Tendré que leer el tomo siguiente para saber algo más. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. |