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Última parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, y aunque para mí la segunda parte es la mejor, ésta a pesar del inicio, que es un poco más lento, tiene un final simplemente perfecto. En esta parte vamos descubriendo muchas más cosas de todos los personajes implicados en la historia. Todos, sin excepción, son uno de los puntos más fuertes que tiene esta trilogía, ya que la forma de describirlos es tan precisa y gráfica, que les aporta vida propia. Ahora que ya he terminado la trilogía, puedo decir que la trama es una de las mejores construidas que he leído en un thriller. No he conseguido encontrar nada que se haya quedado en el aire, o que no tuviese su razón de ser dentro del relato. Durante toda la narración hay momentos de verdadera tensión y angustia. El encuentro dialéctico entre el Sancho y Augusto es sin duda la mejor parte del libro. Hay un contrapunto perfecto entre los dos personajes, Sancho con sus refranes populares y Augusto con sus citas en latín. Tras esta lectura, Gellida se ha convertido en uno de mis escritores favoritos de novela negra, así que seguiré leyendo sus libros. |
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