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“Las respuestas malas no existen porque las respuestas malas son lo que uno ya sabe pero no quiere aceptar hasta que se lo han dicho” “Los días mudos” es abrir las tapas de los cuadernos que escribía hace años y ver cómo hay sentires que pueden ser compartidos aunque las experiencias vitales difieran. Un tránsito, si es que la juventud puede ser eso. Encontramos el diario de un viaje personal. Un viaje que atraviesa la juventud, que enfrenta miedos, soledad… y que también descubre amistades, nuevas experiencias. Los efectos de la enfermedad, no solo en el cuerpo físico sino en ti, en lo que una misma es a causa del dolor, de la preocupación, del “no estar bien”. Vivir en un país extranjero con la incertidumbre de qué pasará en los próximos meses o años… el trabajo, la vida “adulta”, las relaciones, las responsabilidades, las expectativas propias y de la familia, echar de menos la tierra… (Cómo me recuerda “La región” a mi propia región, a los mirlos que veo desde mi ventana…) “Lo único que hacía era adaptarme para sobrevivirme” Patricia Peral escribe “desde las tripas”. Desde ese lugar de la escritura al que es tan difícil llegar cuando escribes sobre lo íntimo. ¿Es un diario real o ficcionado? Sólo Patricia puede saber cuánto de ella hay en “Los días mudos”, pero tampoco importa mucho. Puede ser la vivencia de Patricia o de cualquier joven, porque lo universal de lo que te hace sentir y pensar con su narrativa, va más allá de la experiencia propia. Y ahí está una de las claves de “los días mudos”. Fantástica propuesta de Índigo Editoras para leer como se lee el diario que una amiga te ha dejado en confianza. Desde la intimidad. |
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