Insomnio

Todos tenemos autores que terminan convirtiéndose en nuestras apuestas seguras y sin duda Juan Manuel Peñate Rodríguez es uno de los míos. Tras mucho tiempo diciendo que los relatos no eran lo mío, que casi siempre me quedaba con la sensación de que la historia se podía desarrollar mucho más, terminé por apuntarme en una lectura conjunta de El niño pájaro, segunda publicación del autor, por pura superficialidad. Porque esa preciosa portada me llamaba a gritos. Quedé tan encantada, sorprendida y maravillada con la narración del autor que me regala esas historias retorcidas y macabras que tanto me gustan, que poco después me animé con al otro lado del cristal y lo disfruté incluso más que el anterior.

Insomnio está formado por tres relatos y una novela corta dividida en dos partes. En las reseñas de este autor, normalmente os hablo un poco de cada relato, pero me he dado cuenta de que sus sinopsis cuentan lo justo y necesario y, dado que son historias tan cortas, con cualquier cosa que diga más allá de lo que ya nos cuenta él podría desvelar alguna parte importante de la historia sin pretenderlo, así que os hablaré de mis impresiones generales.

Si algo me fascina de este autor es su imaginación desbordante, su ingenio a la hora de encadenar dos historias que parecen no tener relación alguna y, por encima de todo, su capacidad para relatarnos historias dentro de otras historias, a menudo con la figura del cuentacuentos en mente. Terror, fantasía, ciencia ficción... en sus antologías nunca se centra en un mismo género si no que cada relato suele tener su toque único, su significado particular y el autor siempre nos reserva algún giro o sorpresa en cada uno de ellos.

Para mí, Insomnio ha sido realmente especial por dos motivos: hace tiempo que sigo al autor en su blog (Érase una vez) y gracias a ello me he podido dar cuenta de que este libro es Juan Manuel de cabo a rabo. La mención a "Studio Ghibli", el peluche llamado Ray, el relato bélico... ha habido varios detalles que me han sacado una sonrisa pues reconocía al autor en cada relato.

El segundo motivo tiene mucho que ver con el haber leído sus anteriores libros porque esta vez el autor se las ha ingeniado no solo para encadenar dos relatos entre sí, si no que además ha incorporado de alguna manera varias de sus anteriores historias. ¿Que os da curiosidad la película que Marga y su novio ven en el cine? Corred a leer El niño pájaro. ¿Que alguna de las historias de Ray os parece interesante? de cabeza a por al otro lado del cristal.

No creáis que si no seguís al autor en su blog (que no es por nada, pero si no lo hacéis, vosotros os lo perdéis) o si no habéis leído los anteriores libros, este pierde calidad porque no es así ni mucho menos. Como he dicho antes, algo característico de este autor son los giros y las sorpresas que, acompañados por ese aire creepy que le suele dar a sus escritos, son más que suficientes para manteneros pegados a sus páginas.

Siempre me ocurre que en cada libro tengo un relato favorito, creo que es algo inevitable cuando se nos cuentan varias historias en un mismo libro. En esta ocasión, vuelve a ser el que da nombre al libro, como ya me ocurrió con El niño pájaro (si es que Juan Manuel ya escoge el título a conciencia), pero esta vez le he estado dando vueltas a cuál de todos sus relatos ha sido mi favorito y me he llevado una sorpresa pues el que tengo más fresco, el que recuerdo perfectamente y volvería a leer sin dudar, es uno que ni siquiera me gustó cuando lo empecé a leer y también es uno de los que Juan Manuel incluye de alguna manera en este nuevo libro, explicándonos un poco más de dónde surge la idea. Y sí, mi gran favorito por el momento es El jugador pesimista.
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