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Crítica de laurass89


laurass89
24 April 2020
La cadena de lo especial
Creo que, si alguien me ha leído en mis orígenes del blog, habrá leído alguna vez que tengo la mala costumbre de leerme los libros de relatos buscando un hilo conductor entre relatos, aunque este no exista. Una idea, un motivo, un escalofrío.
En este caso, no he podido encontrar ninguno real, más que una sensación constante de que cada lectura me mostraba un mundo conocido y desconocido al mismo tiempo. Esa idea de sentirse cómodo, pero a la vez sorprenderse. Por eso he decidido comentar relato por relato, ya que son pocos para poder explicaros brevemente las sensaciones que me ha provocado el autor con ellos.
«La última Lectura»
Como decíamos más arriba, en este relato un grupo de chicos se reúnen por la noche para leer. Este momento mágico se verá perturbado en un momento determinado. El pasado y el futuro se funden a través de una moneda que contiene todo el contenido de significado del relato. La historia comenzará como una historia de misterio, casi de terror psicológico para pasar a otra cosa diferente y, en cierta medida, para mí, tan ilusionante como desagradable. Con ecos de Dentro del laberinto que desde luego no os esperaréis.
Ese hilo que me engancha en este relato es la idea de permanencia por encima del tiempo y del espacio y de conquista de aquello que nos quitaron.
«El club Paradise»
Quizá ha sido el relato que menos ha llamado mi atención porque ese «tócala otra vez, Sam» se me hace un poco desgastado. Una metáfora o alegoría si queréis sobre lo que no logramos alcanzar sin darnos cuenta de que no lo alcanzamos. La moraleja… pues cada uno puede aplicarse lo que más le destaque del relato. En mi caso, no dejar que el orgullo me gane la partida.
«El niño pájaro»
El relato que nombra el libro y el más extenso. Las sensaciones que he vivido con este cuento han sido dispares y alocadas en un montón de puntos. Situados en una distopía, Kobe es un niño imaginativo, así que con frecuencia es expulsado de clase. En una de sus escapadas escuchará el relato de El niño pájaro un huérfano nacido en un campo de batalla y así nos sentamos junto a Kobe y escuchamos la historia.
Una de las cosas que más me ha gustado de este cuento ha sido su capacidad de enganchar, no quería que el anciano dejara de contar la historia, y eso lo consigue nuestro autor sabiendo poner los contrapuntos necesarios. No lo he dicho, pero en el primer relato el escalofrío surge de mezclar lo no corriente con lo más cotidiano. En este caso, se irán enfrentando la extrañeza que nos causa el protagonista, con las ansias de que le salga todo bien (algo completamente antinatural, creedme). Además, a ello tenemos que añadir una ambientación japonesa muy bien cuadra, con una muy buena representación de los shogunatos.
Por otro lado, a este buen estilo, buena ambientación y buen manejo de la tensión dramática, tenemos que añadir una calidad de personajes que, con el poco espacio para su desarrollo, nos llenan y enganchan: Mei, Momo, Bato… Con unas pocas líneas los amamos o los odiamos y eso ofrece una potencia al relato brutal.
Sin duda, el relato que más me ha gustado de todos y que engancha en esa cosita especial que tiene este libro en que nos muestra cómo ser un poquito más fuertes, cómo ser un poquito más libres.
«¡Feliz no cumpleaños!»
Reconozco que con este relato no puedo ser todo lo objetiva que me gustaría, eso y que parece que los relatos pares no son mi fuerte. No puedo ser objetiva porque yo y Alicia, Alicia y yo. (Algún día publicaré en algún lado mis diálogos con Carroll y su niña rubia). Y, bueno, no es hacer spoiler, este relato, efectivamente es una sesión de té con el sombrero, pero cuidado, no os dejéis engañar, este sombrerero esconde mucho más de lo que creemos.
Una narración entretenida, dinámica y muy enfermiza que nos traslada a esa incomodidad que genera el propio cuento de Alicia en el país de las Maravillas. Una incomodidad, desubicación y paranoia que, como me pasa siempre, me desubica y enfada. No es de mis relatos favoritos, pero reconozco que el autor ha hecho un trabajo excelente.
«La gasolinera»
Nunca olvides una toalla cuando viajes al espacio. La verdad es que no sé si el autor se ha visto/leído La guía del autoestopista intergaláctico, pero su relato me ha llevado a ese universo con muchas ganas. Un relato donde un corredor de la gran carrera espacial, a punto de alcanzar al primero decide parar en un área de servicio. Simple, sí, directo, también, implicaciones para la humanidad, por supuesto. Y es que Juan Manuel ha conseguido unir todas las premisas de la ciencia ficción espacial en unas pocas líneas.
No contaré mucho más, pero la soledad, la oportunidad, la fe y la creencia se mezclan en este relato para que nos planteemos qué queremos realmente, cuál es nuestra misión.
Y ni una coma más
Como os decía, la novela tiene un sentimiento que me ha acompañado en todas sus historias: pelea, decisión y coraje. Me ha enganchado en casi todos sus relatos y me ha hecho trasladarme a otros sitios que me alejaban de lo que hay (aunque no por ellos más divertidos o alegres).
Para ello el autor ha utilizado un estilo sencillo, directo y elaborado. Tramas con clímax y anticlímax maravillosos y con unos personajes trabajadísimos. Lo recomiendo, desde luego que sí y espero que os animéis en su lectura.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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