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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
30 November 2018
Pensaba que hacía menos tiempo, pero han pasado ya dos años desde que reseñé El niño pájaro. Ya por aquel entonces me quedé con muchas ganas de leer la primera publicación del autor, al otro lado del cristal, y aunque tenía el libro desde hace unos meses, lo he estado reservando para este mes temático de la no novela. Hoy por fin os puedo contar qué me ha parecido, aunque desde ya os digo que he disfrutado muchísimo de todos y cada uno de los relatos/novelas cortas que incluye esta antología.

Incluso os confieso una cosa. Mi intención era parar la lectura después de terminar cada relato e ir escribiendo mi opinión justo a continuación para tener frescos todos los detalles y las impresiones, pero al final me resultaba imposible dejar el libro y conforme terminaba uno empezaba el siguiente, y el siguiente, y el siguiente... así que nada, mi pretendida organización al garete: toca escribir reseña al modo tradicional :)

Sé que muchos ya habéis leído al otro lado del cristal, así que ¿qué puedo deciros que no sepáis? Juan Manuel tiene un don... bueno, dos dones (a ver, seguro que tiene muchísimos más, pero dos que a mí me interesen aquí xD). Uno es el de tener una imaginación desbordante que además no se encierra ni encapsula en ningún género, con lo que salta de una historia a otra sin que el lector perciba en ningún momento incomodidad ni devaluación en el desarrollo de la trama: se atreve con todo y no le da miedo adentrarse en el camino que le marque la historia. El otro don es, si cabe, más complicado de ostentar, porque es el que define a un escritor: sabe transmitir lo que esa imaginación le dicta. Porque no basta con imaginar una historia, hay que saber plasmarla sobre el papel, hay que saber llegar al lector y hay que saber darle tantas dimensiones como necesite para que adquiera consistencia en la narración.

Son dos dones que no tiene cualquiera y, tras haber leído sus dos primeros libros, Juan demuestra que no solo puede presumir de atesorarlos, sino que además tiene cuerda para rato, porque se toma su tiempo y se nota que mima mucho sus historias antes de que vean la luz. ¿Puedo decir además que se nota que no es demasiado amigo de los finales felices sencillos, que casi siempre les da un toque agridulce, cuando no bastante oscuro, y que eso me encanta? Y me encanta porque eso hace que sus finales sean totalmente impredecibles y que no sepas por dónde van a salir: sí, pueden terminar bien, pero también pueden ser pesimistas, ambiguos, tristes, inciertos... es una lotería y nunca sabes lo que va a tocar hasta que llegas a la última frase. Literalmente.

Dicho todo esto, quiero comentaros un poquillo de cada uno de los relatos/novelas cortas incluidos en el volumen (lo dicho, poco, que sobre todo en los relatos apenas se puede comentar nada sin desvelar de más). Son siete en total con un número de páginas totalmente cambiante entre ellos y temáticas muy distintas.

La pala. A mí este relato me transmitió sensaciones muy a lo Stephen King, que no sé si era la idea inicial del autor o solo cosa mía, pero así fue. Y además es de esos relatos que se te quedan cortos, que no te hubiese importado que tuviese más páginas, pero que al tiempo sabes que tiene la duración que tiene que tener para que el lector se quede con la cara que se tiene que quedar (tal cual xD). No os puedo contar nada sobre esta pala salvo que su historia bien podría estar ambientada en un pueblito de Maine, que pasa de mano en mano y que hay que guardar el turno establecido. Tampoco es que nadie le ponga muchas pegas a ese orden: cuando toca, toca. ¿Y qué toca? Pues para eso hay que leerse el relato, aunque conociendo a Peñate... nada bueno :)

Dios Roco. Este relato es el más original y diferente ya no solo de la antología, sino de los dos libros del autor que yo he leído hasta ahora (el tercero está recién salido del horno). No os puedo desvelar por qué, porque ahí reside todo el quid de la cuestión, pero es el más inocente, el más tierno, y tiene su moraleja y su enseñanza, como todo buen cuento... Mientras lo leía pensaba "esto es carne de cortometraje animado", y sigo pensándolo. Quizás perdería el factor sorpresa, pero igualmente creo que es una historia que en pantalla quedaría genial, así que yo lo dejo caer para los miles y miles de hacedores de cortometrajes animados que estoy segurísima son adictos al blog y no se pierden ni una reseña xD.

Al otro lado del cristal. Esta novela corta es la que da título a la antología, aunque no es la más extensa en páginas. Dos hermanas sobreviviendo en medio de un apocalipsis vírico podría resumir la sinopsis de la historia, y me han gustado especialmente dos cosas de ella. La primera es que sigue el canon de este tipo de tramas, que es no explicar de dónde viene el virus, de dónde surge, quién está detrás... no se explica. Aparece, aniquila a la humanidad y hay que sobrevivir como se pueda. Punto. La otra, y sé que soy un poco retorcida, es cómo termina la historia. No lo puedo evitar, no puedo explicar más porque os estaría dando pistas sobre ese fin, pero cualquier otro no me hubiese gustado tanto. Además, me ha parecido ver un homenaje al cinematográfico Romero (y/o a la posterior secuela de Zack Snyder) a pesar de que no lo hace de una manera obvia, pero lo mismo soy yo fangirleando (que conste que en esta historia no hay zombis... que se sepa).

El jugador pesimista. Iba a llamarla también novela corta, pero con sus 200 páginas yo diría que tiene derecho a ser considerada una novela tal cual, sin adjetivos. Esta historia sería la equivalente a El niño pájaro del segundo libro del autor. Es la más extensa y, por tanto, la más desarrollada a nivel de personajes, de escenas, tramas... y es muy, muy original. ¿Cómo os podría hablar de ella sin desvelar de más? Este autor disfruta usando a pandillas de amigos, ya sean más niños o adolescentes, para contar sus historias. Muchas de ellas comienzan con un grupo de chavales, es una característica recurrente en su obra, aunque luego cada historia tome su propio rumbo. Esta comienza igual, pero uno de esos adolescentes, uno en concreto, quiere morir... desea morir, y una noche casi lo consigue. ¿Casi? Porque lo siguiente que sabemos de él es que está sentado ante un tablero de juego con otros adolescentes que no conoce en medio de una batalla en pleno Japón del medievo y luchando por su vida. Y creedme, solo es el comienzo de muchas, muchas cosas y muchos escenarios diferentes. Este jugador pesimista... ¿a qué juega realmente? ¿Con qué fin? Yo de mayor quiero tener la imaginación de este señor. Así, a grosso modo.

Tercera planta, por favor. Este relato empieza siendo un algo indeterminado que puede ser cualquier cosa o ninguna, y conforme va definiéndose acaba introduciéndonos en algo a medio camino entre la Divina Comedia de Dante y el Jardín de las Delicias de El Bosco. Hasta he visto un personaje que bien podría haber salido de la mente de Guillermo del Toro. Lo mismo me dice el autor que menudo batiburrillo, que veo cosas donde no las hay, pero supongo que cada cual tiene sus referencias y bueno... ya se sabe, cada loco con su tema. No os voy a contar más que con lo de Dante y El Bosco el escenario está más que servido.

En la celda de colores. La tercera y última novela corta de la antología, y en unas 120 páginas cuenta una historia completa que otro autor bien podría haber tardado en contar el doble (y estoy segura de que el resultado sería peor). ¿Qué tendrá la prisión de Alcatraz para ser tan literaria/cinematográfica? La pregunta me ha quedado innecesariamente retórica, creo que todos lo sabemos. ¿Y cómo os explico esta historia sin spoilear nada? Digamos que el autor usa como punto de partida el terror, la locura y la psicopatía de algunos de los indeseables inquilinos que la habitaron hasta su cierre, y consigue sacar un poco (bastante) de todo eso al mundo real en pleno siglo XXI, trastocando primero la vida de una familia y luego la de toda una vecindad. ¿Cómo? Pues no os lo puedo contar. ¿Y cómo comienza realmente esta historia? En un psiquiátrico y con una adolescente que no está loca aunque sus palabras digan lo contrario. Quien quiera saber más, que lea :)

Touchdown. Llegamos al final, y tras leerlo lo primero que pensé es que el autor había elegido como fin de traca un relato que aúna a la perfección dos de las cosas que ya he mencionado como muy particulares de su obra: la pandilla de amigos (en este caso ya en la veintena) y un final inesperado que te sorprende cuando casi estás llegando al último párrafo y crees que ya está todo finiquitado. Menos de veinte páginas para contarte la amistad entre cuatro chicos que ha ido evolucionando en medio de una especie de competición a lo largo de los años en la que, cuando parece que finalmente hay un ganador... las cosas se tuercen (por decirlo suavemente). Y es que, como bien dice la sinopsis, la estupidez humana no tiene límites. Es tan corto que no puedo ni debo contaros más.

Al otro lado del cristal es, al igual que El niño pájaro, una antología de relatos y novelas cortas que merece mucho la pena. Juan Manuel Peñate escribe muy bien, comunica de una manera espléndida y no le da miedo explorar y fisgonear entre géneros, pasando de uno a otro con una facilidad pasmosa y muy lúcida. Quienes gustamos de libros de relatos o cuentos sabemos lo difícil que es mantener una constancia de calidad entre unos u otros, lo complicado que es que no aparezca al menos uno que te haga pensar que es flojo y que desentona junto a los demás, lo mucho que hay que currárselo para que un relato no te suene a otro leído cien páginas atrás o en otro libro del autor. Es muy complicado tener un estilo propio y al mismo tiempo adaptarlo a muchos géneros distintos sin que se resienta la calidad. Pues este señor lo hace en apariencia sin despeinarse, pero bien sabemos los que nos pasamos la vida entre libros que precisamente esa apariencia de facilidad conlleva mucho, muchísimo trabajo y mucha constancia en la trastienda.

Lo voy dejando aquí y no me enrollo más, que me conozco. La casualidad ha querido que con al otro lado del cristal ya leído y pendiente de escribir esta reseña, Juan nos sorprendiese con su tercer libro, Insomnio, que tal y como comento por ahí arriba acaba de salir a la venta. Si está al nivel de sus dos publicaciones anteriores, cosa que no dudo en lo más mínimo, no cabe esperar más que buenas historias. le deseo toda la suerte del mundo en esta nueva aventura, porque se la merece :)
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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