Para empezar, decir que es una historia que por su trama principal y el tema que trata, puede crear controversia. Por un lado, se describe a Erika como una persona fría y calculadora, y quizás no le quite razón por su forma de ser o de comportarse en según qué situación, pero nadie le puede acusar de su falta de instinto, puesto que no todo el mundo aspira a lo mismo en esta vida y no por ello es mejor o peor persona. Por otro lado encontramos a Alonso, quien también tiene una forma de actuar nada ortodoxa, ya que nadie puede obligar a ninguna persona hacer algo que no quiere, y mucho menos, algo que será para el resto de su vida. Alicia es un personaje que me ha gustado mucho, esa chica que solo intenta ser quien es, y no lo que es. Sonia, por otro lado, es esa chica de la que todos desconfían, y ahí entra en juego el prejuzgar, porque realmente, solo demuestra ser un encanto. Adrián es ese niño que se hace querer y querer y querer... Un amor, como cualquier bebé. La historia en sí está bastante bien, tiene una lectura fluida y rápida, pero a mi no me ha enganchado. Es el primer libro que leo de esta escritora, por lo que no se si esta es su forma de escribir habitual, pero al menos a mí, no ha conseguido hacerme florecer esos sentimientos por los personajes, podría calificarla como fría en la narración. |