Trece historias: El niño de porcelana

Suelo quejarme por la brevedad de estos relatos, pero en esta ocasión me parece que tiene la cantidad exacta no solo de palabras, sino de sentimientos y emociones. Este compendio se caracteriza por ser cuentos extraños o de terror si se quiere. Este es un cuento de terror pero real, que muchos viven en sus casas, en sus colegios, a lo largo de sus vidas. Me hizo sentir muchísimo y sobretodo me dieron ganas de proteger y defender a ese ser tan hermoso y vulnerable. Me pareció un denuncia pública a un hecho muy real y al que muchos le dan la espalda o hacen ojos ciegos u oídos sordos (como quieran). El caso es que me llego profundo y que como los anteriores me encantó!

Es sorprendente como Paul Pen puede decir tanto en tan pocas palabras, en esta serie de relatos.

Este relato narra algo muy común hoy en día, como la gente abusa de los que son diferentes y como el karma al final pone todo en el sitio correcto.

Otra de las historias de Paul Pen que pasa por mis manos en esta ocasión al leer el relato me ha parecido muy duro, leer cómo tratan los compañeros de clase a nuestro protagonista, la verdad me ponía los pelos de punta y me daba mucha pena, y pero luego me ha gustado cómo se desarrolla la historia y el final que tiene. Otra de las historia que recomiendo.

Un relato que de nuevo es un grito de crítica a la sociedad de hoy en día y su rechazo sobre ciertos temas, en ese caso la homosexualidad.
Reconozco que me ha costado leerle, ya que es algo tan duro y por desgracia tan real, que me ha provocado sentimientos muy fuertes. Cómo pueden llegar a ser de crueles los niños, cómo unos padres no hacen nada, salvo ocultar, huir... muy muy duro.
Además, según avanzas con la lectura nos topamos con otra situación real: las violaciones a la mujeres. Aunque la situación, el típico "se lo ha buscado", que podría representar claramente lo que ocurre con la protagonista, que ejerce la prostitución... nada es justificable.
Recomendado, y de nuevo para leer con calma e ir reflexionando.

Me ha vuelto a impresionar lo que es capaz un autor de narrar en menos de 30 páginas.
En esta ocasión trata un tema tan actual, aunque se ha dado siempre, como es el acoso escolar; tocando además otros temas, como el rechazo al hecho en la familia y como se afrontan estos recuerdos en la edad adulta.
Al ser tan corto, hay muy pocos personajes, pero que nos llegamos a imaginar perfectamente como eran y como son.
El libro consta de dos partes: la primera, en la que se explican los hechos del protagonista en la adolescencia; y una segunda, quince años más tarde, en la que se re-encuentra con sus maltratadores en una situación de lo más ventajosa para él.
Pese a que apenas hay diálogos, tiene un ritmo ágil y te sabe a poco!!

El niño de porcelana ha sido otro que no ha terminado de gustarme. Conocemos al protagonista desde niño, algo totalmente necesario para entender lo que ocurre en su vida adulta, pero siento que algo no termina de encajarme entre esos dos momentos... creo que no terminé de conectar con la parte de la niñez y por eso al llegar al momento en que es adulto me era un tanto igual... sumándole a ese final de relato que no me encajó para nada.
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