Ainhara: Crónicas del confín II

Ainhara es feliz junto a su hija Eleanor. Ambas no necesitan más, aunque el recuerdo de los padres de Ainhara siempre la acompaña. Los echa de menos, y por eso intenta incularle a su pequeña todos los valores que ellos le enseñaron. Donante de sangre, siempre intenta ayudar a los demás de la manera que pueda, y aunque su vida es sencilla, a su hija no le falta de nada. Por eso cuando empieza a tener pesadillas noche tras noche, siente que algo malo está a punto de ocurrir. Además ella siempre siempre se ha sentido observada, como si hubiera algo ahí que la estuviera vigilando, y cuando Gabriel entra en su vida, o en sus sueños, empieza a darse cuenta de que quizá no estaba tan loca como creía. ¿Pero puede confiar realmente en él? ¿Está para ayudarla o para intimidarla como el hombre de sus pesadillas?

Leí la primera parte de esta historia hace más de dos años, y aunque le encontré algunos peros, la historia si me convenció. Por eso cuando la autora me propuso leer este libro, no pude resistirme y le dije que si. Solo siento haber tardado tanto en hacerlo, porque puedo decir con seguridad que Ainhara me ha gustado mucho más que el anterior, y no por los personajes, porque Argenthea y Mihkael fueron maravillosos, ni por la historia, que también fue muy bonita, sino por como ha evolucionado la pluma de la autora y su manera de relatarnos los hechos. Ya me fue ganando con sus otros libros, La reina Lyriana y El Rebelde, y con este lo único que me ha quedado claro es que voy a leer cada libro que ella escriba, sin dudarlo.

En esta segunda parte ha pasado mucho tiempo desde todo lo ocurrido en Argenthea, aunque para nuestros personajes a penas ha sido un suspiro. Pero los años han ido pasando igual que los descendientes de Arabylia se han ido sucediendo época tras época. Ahora, el encargado de velar porque ellos estén a salvo es Gabriel, y si ya en Argenthea es un personaje que me gustó mucho por la lealtad hacia sus amigos, en este ha terminado de conquistarme por su manera de cuidar de Ainhara y de su hija. Es un personaje maravilloso, de esos que por su actitud y actos nos enamoran, que no tiene maldad, y que hace lo impensable por salvar a aquellos que ama. Ha sido, sin duda, lo mejor del libro. Aunque admito que Ainhara también me ha gustado mucho y ha sido muy fácil comprender su forma de actuar en todo momento. Los dos hacen una pareja de las que no se olvidan.

Y es que si, obviamente en este libro hay romance, y aunque el eje central sigue siendo la lucha contra el mal, contra el peligro, y contra ese ser maligno que ya les hizo la vida imposible en el libro anterior, y que se propone acabar con todo lo bueno que existe en el mundo, el romance es también muy importante de nuevo, porque al final el amor es lo que mueve todo y aquí no puede quedar más claro. También tenemos momentos eróticos, como en todos los libros de Paula, pero yo, que no soy mucho de esa literatura, os puedo asegurar que por su forma de describirlos, no me molestan en absoluto, al contrario. Su delicadeza a la hora de relatarlos hace que me gusten, que no me molesten y que pueda disfrutarlos también como del resto de la historia. Ha sido así en todos sus libros, y seguro que lo seguirá siendo en los que vengan.

La pluma de la autora es una delicia, siempre lo es. No tiene descripciones hiper extensas de esas que nos vuelven locos y terminan hasta molestando un poco, pero si que nos describe cada lugar de la historia para que podamos sentinos parte de la misma. Y aquí es necesario, porque los mundos de los sueños son diferentes a la realidad y necesitamos saber qué están viviendo los protagonistas para entender su miedo. Pero sin duda lo que mejor hace es describirnos sentimientos, y hacer que sea muy fácil sentir lo que sienten los personajes y comprenderlos hagan lo que hagan, sean buenos o malos. Y eso a mi me encanta, lo reconozco.

Creo que con este libro la autora ha conseguido cerrar la historia de una manera perfecta, aunque desconozco si habrá más partes porque es cierto que hay hilo por donde tirar, pero si se queda así, tendrá un final redondo. En su primera parte dije que aunque la historia de amor me había gustado, no había comprendido bien porqué se daba, pues eso ahora me ha quedado totalmente claro y es también algo que he agradecido. Que todo lo que se quedaba incompleto en el primero, la autora haya sabido cerrarlo aquí y explicárnoslo. Es genial.

En resumen, 'Ainhara' es una segunda parte que completa la primera a la perfección. En este libro nos encontramos una nueva historia de amor, en un lugar totalmente diferente y de una manera mucho más lenta y pausada, lo que ha hecho que haya disfrutado de ella mucho más. Es una segunda parte que cierra todo lo que se pudo quedar en duda con la primera, y que, aunque podría haber una tercera, da un cierre redondo a la historia sin necesidad de que haya más. Los personajes siguen resultando muy completos, con sus miedos, sus inseguridades, pero con esa fuerza que los caracteriza siempre, luchando por lo que quieren con uñas y dientes, y de nuevo la autora nos presenta a una pareja que me ha conquistado por completo. Es un libro que sigue con la lucha del bien y del mal, entre ángeles y caídos, quizá de una manera más intensa porque conocemos mucho más al personaje malvado, y en el que de nuevo, el amor al final es lo más importante.

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