Es un buen producto de marketing. Pones bien grande el nombre de Bill Clinton y una frase donde prometas que leerás cosas que solo un presidente sabe, y cualquier fan de "El ala oeste de la Casa Blanca" se mete de lleno a leerlo. Y lo que te encuentras es la típica peli de sábado por la tarde, o capítulo de serie de relleno. El ritmo es frenético y hay que reconocer que no decae, pero los personajes, diálogos y situaciones están pensados para entretener y punto. Y como colofón final, un discurso patriótico (este capítulo seguro que lo ha escrito Bill Clinton) que casi ha hecho que vaya a la embajada a pedir la nacionalidad estadounidense. Resumiendo, un buen producto de entretenimiento. |