Sissi, emperatriz rebelde

Segunda y última parte de esta saga, es un poco más interesante a nivel histórico que la primera parte porque supongo que los cambios le afectaban más que en el primer libro y salen más datos históricos.
En cuanto a Sissi no consigue que le cojas cariño, supongo que esa es la parte más sorprendente de esta novela ya que es un personaje muy idealizado y sin embargo en estos dos libros no se la adorna en absoluto, y aunque no la acusa de ser egocéntrica y caprichosa de manera frontal no puedes evitar llegar a esa conclusión cuando haces balance de su vida.
No sé si es un libro que recomendaría, está a caballo entre la novela histórica y la romántica sin llegar a ser ninguna de las dos cosas, pero no deja de ser entretenido y más o menos me ha servido de guía en mi visita a Viena así que no me quejo.
PARA QUIEN: Interesados en el imperio Austro-Hungaro y las últimas pataletas de los antiguos dueños del mundo.
LO PEOR: Descubrir que Sissi no era más que una niña mimada.
LO MEJOR: Que la música esté presente en la historia, no me di cuenta de lo importante que es para ellos hasta que visité la ciudad.

Último de la biología “Sissi, emperatriz de Austria”. La novela está bien documentada y adorna con detalles de imaginación muchos de los eventos y circunstancias que rodearon la vida y muerte de Isabel de Baviera. En esta segunda parte, nos presenta a una Sissi más madura, que al menos se conforma con el poder criar a su hija menor Valeria, en quien deposita todo su amor y atenciones, dado que no se le permitió cuidar de los 3 anteriores.

Aun viviendo en la opulencia, con las ventajas del dinero, encontramos a una Sissi joven adulta, que negocia con su esposo el emperador, su propia libertad para viajar y escapar de la corte. Fue una reina muy querida fuera de Austria y muy criticada y menospreciada en su propio imperio. Habla de su búsqueda del amor y la lucha por el bienestar de sus hijos, pero posiblemente, ante todo, su propia tranquilidad.

La autora acepta que el final es idílico, con la intención de brindarle a Sissi en la muerte, la paz y esperanza que anheló siempre en compañía de los suyos, en especial de su esposo Francisco José.

Cierro con una cita que refleja la opresión de su vida entera: “¿No es una locura que todos ellos, con todo el poder que ostentan, accedan de buena gana a vivir prisioneros?, pensó. Encadenados por el protocolo, la etiqueta, las peticiones y las tradiciones centenarias.”