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“No quiero creer lo que Rachel me acaba de contar, no quiero creer que la mujer asesinada en su coche sea Jane, mi nueva amiga, que se habría convertido, me parece, en una amiga estupenda” ~ Confusión de B. A. Paris. Cass vuelve una noche de tormenta a casa por la carretera del monte cuando ve un coche parado en el arcén. Pensando que se trata de una avería, baja y percibe la figura de una mujer sentada al volante pero asustada da media vuelta y retoma su camino. al día siguiente se entera de que la mujer del coche ha aparecido asesinada y que además se trata de Jane, a quien ella había conocido hace poco. El cargo de conciencia por no haberla auxiliado cae como una losa sobre Cass que comienza a sentir una angustia que poco a poco va evolucionando a estrés. A ello se le une el hecho de que su madre había sufrido demencia precoz y ahora piensa que ella también la sufre puesto que olvida citas, donde ha aparcado el coche o artículos que ha comprado. Además, comienza a recibir una serie de llamadas anónimas y se convence de que el asesino la ha visto en la carretera y que va a por ella. Un thriller psicológico que, al igual que al cerrar la puerta, me ha recordado a Alfred Hitchcock. Sin embargo, este me ha gustado menos, también es menos angustiante y claustrofóbico. Quizá porque el primero me gustó tanto y me lancé con las expectativas altas, esperaba más de este. El libro, de casi 350 páginas, engancha y se lee de un tirón. Narrado en primera persona por Cass, desde casi el principio se intuye quien puede ser el culpable y qué le está sucediendo a Cass. Aún así lo lees con ganas hasta el final. |
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