Esta novela nos cuenta la historia de Gabriel, un chico de diecinueve años que sale de fiesta una noche y tiene un accidente de coche y muere. Cuando está en el hospital después del accidente, “sale de su cuerpo” en forma espiritual y está en la tierra sin que nadie le pueda ver, ni los desconocidos, ni su familia. Cuando va a visitar su lugar favorito de Rumania, el castillo de Peles, encuentra a una chica, Sofía, que está visitando el castillo en una excursión del instituto, que la puede ver y los dos se buscan mutuamente durante un tiempo. Hasta que se encuentran, cuando él la encuentra en su instituto. Y a partir de ese día no se separan en ningún momento, mientras el horario escolar. Pérdida de energía y enfados hacen que haya problemas entre ellos y tengan que correr contrarreloj para poder solucionarlo todo antes de que sea demasiado tarde. Es un libro de unas 300 páginas que te engancha bastante, los capítulos no son largos y te va contando la historia en la posición de las dos personas, y eso es interesante ya que uno de ellos es un espíritu. Cuando vas a llegar al final, piensas que ya termina la historia, pero la autora mete un plot twist, que hace que quieras seguir leyendo y coger el segundo libro, por la última frase del primero. Tengo bastantes ganas de leer el segundo libro, por esto mismo, porque ya no sabes qué puede pasar. |