Miquiño Mío

Esta tercera edición la presentan Isabel Parreño (La Coruña 1961) licenciada en Filología Hispánica, profesora de Literatura y crítica literaria con Juan Manuel Hernández, investigador.

Emilia Pardo Bazán fue una gran escritora española (La Coruña 1851-Madrid 1921), condesa de Pardo Bazán desde que le dieran un título pontificio a su padre, un hombre politico; fue una novelista, periodista, ensayista, poeta, crítica literaria, dramaturga, traductora, editora y catedrática. Ella introdujo el naturalismo en España y fue una precursora de los derechos de la mujer y del feminismo.

Desde su juventud, su padre D. José Pardo, inició su hija única al mundo de la cultura decimonónica abriéndole su biblioteca. Así, modeló a una mujer de gran cultura, gran lectora y que viajó por Europa y aprendió idiomas solo para poder leer el original de ciertas obras. Los viajes por otros países y otras culturas avivarán la inquietud intelectual de Pardo Bazán y reafirmarán su vocación de escritora.

Es increíble (pero en adecuación con ese siglo decimonónico y esa rancia sociedad patriarcal española) que le hayan rechazado varias veces el ingreso a la Real Academia Española (hubiese sido la segunda mujer después de Doña María Isidra Guzmán y de la Cerda, en 1784). Su compañero del alma, D. Benito Pérez Galdós también conoció dificultades hasta su elección en 1889 con una toma de posesión sólo en 1897.

Fuera de algunos literatos de la época, como su indefectible amigo Benito Pérez Galdós, casi todos la ignoraron en el Santo Sanctorum de la Literatura. Nada menos que Clarín, creía con firmeza que en el orden intelectual la mujer jamás podrá igualarse al hombre.

Y D. Emilia, amarga, escribió a Galdós » En este desgraciado país, incapaces los hombres de equipararse a las mujeres, se dedican a difamarlas« .

La escritora insistió muchas veces en demostrar que la razón debía estar siempre del lado de la inteligencia y que la inteligencia no tiene sexo. Su alma, « de varonil latir » según ella misma, se rebelaba ante las limitaciones intelectuales impuestas a su sexo.

En 1882 escribió una serie de artículos sobre Emile Zola y la novela experimental lo que provocó un enorme revuelo en el ámbito intelectual porque lo consideraron como un manifiesto en favor de la pornografía francesa y de la literatura atea.

Emilia Pardo Bazán fue la primera escritora « profesional » española que pudo vivir gracias a sus ingresos literarios.

Su bibliografía es vasta y la obra más conocida es la novela Los Pazos de Ulloa escrita en 1886 con una secuela en 1887: Madre naturaleza.

D. Emilia fue ciertamente una mujer adelantada para su época y también una mujer muy refinada, que se conocía en antigüedades, especialmente en porcelanas francesas. Ese lado fino, femenino, contrastaba con su aspecto de sólida matrona y sus modales decididos. Se separó de su marido D. José Quiroga y Pérez Deza en 1883 tras 17 años de matrimonio (se casó a los 16 años y tuvo 3 hijos).

La relación con Benito Pérez Galdós (1843-1920) fue en primera instancia una relación literaria donde D. Emilia rendía culto a este hombre, solterón empedernido, literato reconocido y de salud delicada. Galdós, mayor de 8 años, reconocía en ella a su par, fueron cómplices excepcionales. La relación epistolar entre ambos se sitúa entre 1883 y 1915.

Son casi 30 años de un amor escondido y que tuvo sus momentos de gran pasión. Desgraciadamente de esta correspondencia sólo se han salvado unas 93 cartas esencialmente de ella a él. Las de Galdós se han perdido. El acmé de esta pasión se sitúa hacia 1888 con 37 años para ella y 45 para él.

Ellos mantuvieron una nutrida correspondencia « oficial » para despistar y otra muy personal donde exponían su relación abiertamente. Muchas misivas servían para darse cita en lo que parece ser un nido de amor y que ellos llamaban con nombres ficticios como « Palmstrasse » o « Maravillas Church« . Emilia Pardo Bazán aparece muy expansiva, muy sensual en una relación fuerte para ambos. Me da la impresión que la escritora era la más solicitante, por momentos algo abrumadora y exigente, era una mujer temperamental.

Es de notoriedad pública que Galdós sostuvo, el lo más fuerte de la pasión con Emilia, una relación paralela con una mujer mucho más joven, Lorenza Cobián, con la cual tuvo una hija en 1891 y que Emilia conocía. A partir de 1890 en la correspondencia ya se nota un alejamiento de los amantes, y aunque epistolarmente Emilia trata de relanzar la relación, la pasión no renace.

Leyendo las cartas de Emilia Pardo Bazán una se da cuenta que fue una mujer muy vital, muy inquieta intelectualmente y que en Pérez Galdós encontró al compañero ideal. Aunque fue una relación no oficializada, vivieron con intensidad unos 30 años y con pasión otros menos. Lo que no es dable a todos en este mundo.

Cómo no caer rendida leyendo en una de las cartas, este párrafo para su amante : « Hay en mí una vida tal, afectiva y física, que puedo sin mentir decir que soy tuya toda: toda, me has reconquistado de muchas maneras, y más que nada porque nunca me habías perdido; porque te quise ayer y te querré mañana ».
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