Al mismo tiempo que empezaba a leer “Los pazos de Ulloa” y “La madre naturaleza “, me quise animar a conocer la parte más íntima de la autora, de la mano de sus cartas enviadas a Galdós. Emilia fue una mujer admirablemente culta. Curiosa y de una mente tan inquieta que le llevó a aprender además del francés, el alemán para leer así las novelas alemanas en “versión original”. Una mujer avanzada a su época, deseosa de independencia y de vivir de su trabajo. Me ha encantado leer estas cartas y ver como evoluciona su relación, desde el elegante respeto y la admiración del principio a la pasión y los desengaños posteriores. En definitiva, es una lectura curiosa que nos acerca más a Emilia, pero que nos deja con las ganas de conocer las cartas enviadas por Galdós. |