"... como un espejo refleja los objetos más bonitos, a mí la dicha ajena me hace bella la propia." (Pág.144).
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"... como un espejo refleja los objetos más bonitos, a mí la dicha ajena me hace bella la propia." (Pág.144).
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"Cuando intento explicarme a mí misma esta exaltación de mi fantasía y de mi sangre al tratarse de ti, verás cómo la explico: yo contigo me he reprimido siempre: el temor de perjudicarte, y no sé qué sentimiento de protección física del más fuerte al más débil, me contenían: este dique encrespa más la violencia del deseo. No te rías; es así; y solo así se comprende." (Pág.157-158).
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"Espero que se repitan aquellas escenas deliciosas. No hemos hecho más que arrimar la manzana a los dientes, ésta es la verdad, no hemos agotado, ni siquiera bebido a boca llena el dulce licorcito que nos podemos escanciar el uno al otro. [...] Y cuento con que lograremos el bis que tiene toda canción bonita. Calma y demos al tiempo lo suyo." (Pág.157).
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"Sí, yo me acuesto contigo y me acostaré siempre, y si es para algo execrable, bien, muy bien, sabe a gloria, y si no, también muy bien, siempre será una felicidad inmensa, que contigo y solo contigo se puede saborear, porque tienes la gracia del mundo y me gustas más que ningún libro. Yo sí que debía renunciar a la lectura y deletrearte a ti solo." (Pág.153).
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🏷"No hagas conquistas, no te vengues en eso. Lo que te amo te basta, mira que yo en un minuto te puedo dar más bienes y más alegrías que nadie; sobre todo, a mí es a quien quieres; no lo olvides.[...] Te muerdo un carrillito y te doy muchos besos por ahí, en la frente y en el pelo y en la boca. Gracias por tus bondades todas, y no me destierres al fin de ese corazón mío." (Pág.117).
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Mira, hija mía, los hombre somos muy egoístas y si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di que es mentira, porque no puede haber dos morales para dos sexos
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“El quererme a mi tiene todos los inconvenientes y las emociones de casarse con un marino o un militar en tiempo de guerra. Siempre doy sustos.”
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“Perdóname el agravio y el error, porque he visto que te hice mucho daño; a ti, que solo mereces rosas y bienes”
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“Siento no saber cómo se pone en dinamarqués acuérdese V. de mí; pero en fin, vaya en castellano, que por ahora es nuestra lengua.”
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[...] nadie puede sustituir en ese punto a tu Porcia [...] Es que estimo en ti lo que solo en ti se encuentra, sin dejar de saborear lo otro, que es mejor por ser tuyo. En prueba te abrazo fuerte, a ver si de una vez te deshago y te reduzco a polvo. En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre.
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La guerra del fin...