Hace un par de días terminé Los pazos de Ulloa en uno de los hoteles de Disneyland París. Cuando mis hijos se dormían pensando en atracciones, espectáculos y personajes de dibujos animados yo viajaba a Galicia junto a Julián, Don Pedro, Primitivo, Perucho, Sabel, Nurcha... Lo de Emilia Pardo Bazán también es mágico. No me suelen atraer las descripciones que se alargan demasiado, pero estas sí las he disfrutado. No sé si ha sido por lo que cuenta, por cómo lo cuenta, por ser consciente de que se publicó en 1886 o por el conjunto de todo, pero la novela me ha gustado mucho. Esta noche he regresado a Bilbao, pero mi cabeza sigue en París... y en Ulloa. |