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En la vuelta a Los Pazos volvemos a encontramos con los mismos personajes y con el mismo escenario pero con un tono diferente. En esta segunda parte la novela toma un carácter más sentimental, centrandose más en los personajes y no tanto en el contexto político y social tan presente en la novela anterior. Eso si, la autora sigue regalándonos descripciones de la naturaleza y la vida en campo, en momentos de una manera mucho más amable de la que lo hacía en la primera parte. . En "La madre naturaleza"Doña Emilia nos presenta a la naturaleza como la culpable de los impulsos más primarios del ser humano y como moral y las leyes sociales son el único medio para controlarlos. Sin duda unos pensamientos muy ligados a las creencias católicas de la autora y con los que tengo mis discrepancias. . A pesar de que esta segunda parte se perfilaba como más interesante no me ha llegado a cautivar hasta el punto que lo hizo "Los Pazos de Ulloa". Las descripciones aunque brillantes sentían ralentizaban la trama, la interrumpan, haciendo la lectura más pesada y como consecuencia más lenta. Aun así esta maravillosamente escrito y merece la pena leerlo y poner el broche final a Los Pazos. |
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