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El libro es inmenso, pero que no os asuste. Es una segunda parte fabulosa, una digna continuación de Eragon. al principio pensé que, al centrarse en la educación del protagonista como Jinete de Dragón, iba a ser aburrido y monótono, ¡pero nada de eso! La historia es fantástica, me tuvo atrapada en cada página. Profundiza en la personalidad de Eragon, en su familia, sus sentimientos... Madura a base de ensayo y error. Las descripciones son tan detalladas que sientes que estés viajando de verdad a lomos de un dragón o surcando un río. Es fascinante descubrir el mundo de los elfos, su cultura, lengua y las extrañas costumbres. Aunque no me gusta que sean tan estirados, parecen que les han metido el palo de la fregona XD Como la vida de Eragon es tan intensa, llena de responsabilidades y lecciones, agradecí que el autor alternara su historia con las de Roran y Nasuada, dándole mayor dinamismo al libro. Esto evita que la lectura se haga pesada y nos saturemos con Eragon y los elfos. Pero, lo siento mucho por el protagonista, su primo Roran me tiene enamorada. Cada uno de sus capítulos eran una delicia. Y las batallas... ¡Cómo molan! Me exalto al imaginarme cada cuchillada, embiste, flechazo, dentellada y latigazo. La batalla final no deja indiferente a nadie, tropas imperiales contra Vardenos. Todo lo que ocurre en esos últimos capítulos te deja con unas ganas locas de empezar el siguiente libro. SPOILER FIN SPOILER El libro es alucinante, deja el listón alto y supera al primer libro en batallas y sorpresas. ¡Realmente me ha encantado! ¿Qué nuevas aventuras les esperan a nuestros protagonistas? Saludos ;) |
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Crítica de Nuemiel
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