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En esta tercera parte, la acción comienza enseguida. El autor no se anda con tonterías y va al grano. Desde la primera página la historia te atrapa, y aun siendo un libro grueso, se lee muy rápido y no se hace pesado. La historia tiene, digamos, tres frentes. Por un lado te explica lo que le pasa a Eragon, por otro lo que le pasa a Roran y finalmente lo que le sucede a Nasuada. Obviamente quien tiene más importancia es Eragon. Esta alternancia de personajes le da dinamismo a la historia y le suma interés. Tiene mucha pero que mucha acción y te mantiene en vilo aguardando a lo que vendrá y con el corazón en un puño. La magia tiene mucha presencia a lo largo de toda la historia. Esta saga va creciendo a cada libro. La historia se vuelve cada vez más profunda y elaborada. En esta tercera parte descubres más y más información, en general. Cada vez vas entendiendo todo mejor y las cosas van teniendo más sentido. A pesar de tener acción, se alternan esas partes con partes tranquilas y con bastante diálogo e información, cosa que creo que es necesario para darle sentido a todo, además de que tienes tiempo suficiente para asimilar todo lo que pasa y todo lo que descubres. Me gusta conocer más acerca de las razas que viven en Alagaësia, sobre sus leyes, sus costumbres…es muy interesante. A pesar de ello, estas partes son a veces algo densas y tienes que prestar mucha atención para no saltarte nada. El autor sabe crear giros inesperados a lo largo de la trama, haciendo que la historia sea imprevisible. Estos giros, además, sabe dónde ponerlos para dejarte totalmente descolocado. En cuanto a descripciones, algunas son demasiado extensas y se hacen aburridas, sobre todo respecto a los paisajes. El final no es un final por todo lo alto, pero te deja con ganas de saber qué ocurrirá en el cuarto libro. Hace que te des cuenta de que el final de todo se acerca, tanto para bien como para mal. En cuanto a personajes, en todos podemos apreciar una evolución. Eragon ha madurado totalmente. Ya no tiene nada que ver con el joven que era antes, ahora es ya un hombre. Crece como persona y se fortalece. Ya no es tan impulsivo y hace las cosas con más cabeza. Roran mejora para bien. Ahora es más seguro de si mismo, un luchador incansable, un enemigo temible en cualquier batalla y muy valiente. También ha sentado la cabeza y es más objetivo. |
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