De lo que he leído de Dulcinea hasta el momento, esta bilogía, que para las pocas más de 100 páginas que tiene la segunda parte podría haberse quedado en una sola novela, es la que menos me ha gustado. Este segundo libro conserva su voz narrativa ágil, sencilla, pero todo ocurre de manera muy precipitada. Habla de la reencarnación, de otras vidas, tenemos el final entre “Pau” y Violeta en otro escenario que no es Barcelona, Chicago y el rancho, conocemos a otros personajes, pero todo queda muy superficial y es previsible. Demasiado. Apenas hay conflictos, pasa sin pena ni gloria. La trama va acompañada de poesías que ni fu ni fa. No me ha acabado de llegar.
|