No es bonito. No es agradable. No deja una sensación acogedora al final. Es tosco, grotesco, es la peor versión de la humanidad desde los ojos de un deprimido que, para tener alguna sensación, cae en un espiral de autodestrucción, descubriendo que hay muchos hombres que lo siguen. Porque también necesitan autodestruirse, dañar para sentir algo más que apatía.Me parece una alegoría de la generación X en los 90, hombres de 30 años con buenos puestos de trabajo, excelentes casas, un gran auto y ninguna motivación para levantarse cada mañana y funcionar. La sociedad los asquea, su vida los asquea y necesitan reaccionar a ello.
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