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Esta no es una novela donde vamos a ver acción, amor, o a la raza humana que está a punto de ser exterminada. Es una novela que habla de la amabilidad y de lo que realmente son las personas. Este libro refleja de forma precisa lo fácil que es para cualquiera de nosotros hacer daño a alguien con una palabra o una mirada. Posee una excelente forma de tratar lo que es la violencia, actualmente llamada bullying. Porque es muy feo darnos cuenta del daño que le hace ese problema a un niño pequeño que no tiene la culpa de ser como es. En él nos muestra como August a aprendido a hacer frente a esas miradas bajando su rostro, como evita los susurros que genera al caminar intentando no escuchar; pero sobre todo vemos como a su corta edad, con la ayuda de sus amigos y familia, logra recomponerse a todas estas dificultades. Algo que me saco de quicio, por completo, fue ¡que hasta los padres lo hicieran! O sea, ¿qué onda? Por momentos quería meterme en el libro y gritarles ¡así quieres educar a tu hijo! Los padres suelen ser más malvados que los hijos en muchas ocasiones. Porque hay que admitirlo, cada chico que no “encaja” de cierta manera en la sociedad es molestado y burlado por sus compañeros. Así pasamos a una particularidad del libro, esta narrado por distintos personajes. No solo él, lo que nos permite entender mejor la situación. Porque a pesar de que todo lo que le ocurre a nuestro protagonista es importante, no hay que olvidar que su familia también se ha visto afectada con todo lo que conlleva tener un hijo con una enfermedad tan grave. Que obliga a todos a adaptarse a diversas situaciones. De esta manera, por ejemplo, nos metemos en el mundo de su hermana, que a pesar de amar con todo su corazón a su pequeño hermano a estado siempre relegada a un segundo plano, y nunca se ha sentido realmente importante, o podemos ver cómo se siente alguien al ver por primera vez a Auggie, e incluso logramos observar como el cariño de August ha dejado una huella en los demás. Lo que más me encanto de este libro, es la fortaleza de August. Porque no cualquiera es capaz de afrontarse a esa realidad día, tras día, y a pesar de eso ser capaz de encontrarle lo hermoso a la vida. Es una novela que abre la cabeza, y que te hace reflexionar al respecto. Uno siempre tiene que ser amable, dar una mano a quien lo necesite. |
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