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Sí les gusto la Lección de August y adoraron a ese pequeñin y sintieron antipatía por Julian, con este libro no van cambiar de opinión sobre este niño pero sí van a ver las cosas desde su punto. El libro me gustó tanto como el anterior, si bien acá no nos enteramos de nada nuevo sobre el pequeño Auggie, solo veremos las cosas desde la perspectiva de Julian y creo que es algo sumamente valioso. Creo que lo más importante que el libro nos enseña es que muchas veces los que hacen bulling en realidad no saben bien lo que están haciendo, como dice Julian "la gente se toma muy a pecho las bromas", "solo son bromas pesadas, no es para tanto". Es este el punto que la autora a mi parecer quiere que veamos, los chicos hacen cosas pensando que solo son eso, bromas o bromas pesadas, no saben bien el daño que pueden ocasionar a la otra persona y peor aún cuando los adultos toman parte en lo que esta sucediendo y actúan como los padres de Julian, justificando al chico y haciendo responsable a los demás. Los padres de Julian me parecieron horribles, superficiales, intolerantes, sin empatía por alguien que no fuera ellos mismos, forman parte del problema en lugar de ayudar a cambiar la situación. En cambio, la abuela de Julian me pareció un personaje increíble, una luz en la oscuridad y la voz de una gran enseñanza que más de uno debería aprender.
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