 |
La novela de mi vida fue editada en francés en 2003 bajo el título de le Palmier et l'Étoile. La novela de mi vida (2002), ha sido reeditada hace poco, es la primera novela del autor sin Mario Conde, una obra compleja, polifónica que relata la corta vida del poeta cubano José Maria Heredia y Heredia (1803-1839) que no hay que confundir con otro José Maria de Heredia (1842-1905), también literato cubano y primo suyo. El José Maria Heredia de Padura es considerado como el primer poeta romántico americano, conocido como « el cantor del Niágara ». En 1823 tuvo que exilarse en los EEUU por conspirar por la independencia de Cuba de la corona española. En 1836 fue autorizado a regresar a Cuba escasos 4 meses para despedirse de su familia porque se sabía condenado a muerte con la tuberculosis. Para ello tuvo que retractarse públicamente de sus ideas de independencia. En este libro complejo con tres pilares narrativos, tenemos la biografía de Heredia, la historia de su hijo José de Jesús con la organización masónica de Cuba y, el pilar moderno, la historia del poeta ficticio cubano Fernando Terry. La organisación diegética del libro es brillante, mezclando épocas, lugares, personajes ficticios o históricos sin que el lector pierda el hilo conductor. La novela no tiene capítulos, sólo párrafos que marcan los saltos temporales y los cambios de personaje, la verdad es el primum movens del relato; el tema se presta para una puesta en abismo entre los diferentes sujetos; sólo el lector posee los tres puntos de vista (Heredia, Terry y Heredia-hijo). Resumiendo, el libro parte con Fernando Terry, un poeta cubano exiliado, un "marielito » como llamaban a los exiliados que salieron del puerto de Mariel en 1980, unos 125 000 cubanos ! Terry vuelve a Cuba en pos de las memorias de Heredia que estarían escondidas en alguna parte de la isla y que Terry quisiera publicar. al mismo tiempo, Terry quiere confrontar a sus antiguos amigos literatos de la universidad con los cuales había fundado el grupo de Los Socarrones; Fernando Terry piensa que uno de ellos lo denunció y obligó al exilio. Fernando Terry salió de Cuba 18 años atrás cuando lo acusaron de no denunciar los deseos de evasión de Enrique, otro del grupo. Terry tenía un cargo académico que le gustaba y tuvo que dejar todo botado, la carrera trunca, para instalarse con dificultades económicas en los EEUU. Sólo le acordarán un mes, 18 años después para la búsqueda de los papeles de Heredia. Esta búsqueda corresponderá a una verdadera pesquisa policíaca, llena de recovecos, decepciones y esperanzas. José María Heredia escribió esas memorias para un hijo natural que no conoció, fruto de un gran amor de juventud con Lola Junco porque desea plasmar sus verdades y los tópicos que se le ocultaron en su tiempo : la duplicidad de su amigo Domingo, Lola que le escondió el nacimiento del hijo natural, la homosexualidad del tío Ignacio, el papel de espía para Francia de la regenta del burdel, su versión de la salida de Cuba con las numerosas traiciones que tuvo que enfrentar. Los papeles fueron confiados en gran secreto a la logia masónica a la cual pertenecía Heredia con el compromiso de publicación a los 100 años de su muerte. Encontré que hay cierta similitud entre los personajes de Heredia y Fernando Terry, ambos son poetas y deben abandonar Cuba después de ser denunciados, aunque en épocas diferentes, ambos son objeto de traiciones, ambos aman a mujeres que se casan con otros, ambos podrán volver poco tiempo a la isla. Pero la gran diferencia entre ellos es el lenguaje político de Heredia que toma parte contra la esclavitud, por la emancipación cubana y la democracia. Esta militancia no se observa en Fernando Terry porque bien que « marielito« , no tiene ninguna crítica abierta contra el régimen actual (prudencia y/o auto-censura del escritor?). En tela de fondo se pueden leer algunas críticas sin diatribas, sobre el control de las élites intelectuales, el control de la ortodoxia ideológica, los chantajes y abusos de poder. Leonardo Padura a escrito esta novela siguiendo las ideas de otro de los Socarrones, el Negro Miguel Ángel que quería escribir sobre el siglo XIX con los ojos del siglo XX, con juegos especulares, alusiones, sugerencias e implícitos. Fernando Terry y Leonardo Padura también tienen puntos en común, pero una diferencia fundamental : Terry se fue de la isla y Padura se quedó, y a través de las confrontaciones de Terry con los Socarrones, Padura parece dar una lección respecto a los que eligieron permanecer en la isla, aunque esta posición exija una auto-censura con cierta moderación en la crítica o el silencio. Hay en este libro muchos sujetos de reflexión, lo que permitiría lanzar varios debates. Libro interesante por la escritura, interesante por las historias, una verdadera pepita para aquellos que se interesan a esta perla del Caribe. Hay un tema recurrente en Leonardo Padura, son los grupos de amigos indefectibles, ligados por un pasado universitario común y que deben afrontar un destino difícil; ya lo había notado con las aventuras de Mario Conde, luego en el libro Como polvo en el viento donde aparece el grupo llamado El Clan y Los Socarrones en este opus; es como un cimento relacional vital y necesario en sus libros. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
El escritor Leonardo Padura departió con el público en el Auditorio del Centro Niemeyer en la presentación de «Personas decentes” (Tusquets).
Entrevistadora: Delia García Lobo.
«Personas decentes»
La Habana, 2016. Un acontecimiento histórico sacude Cuba: la visita de Barack Obama en lo que se ha llamado el «Deshielo cubano» —la primera visita oficial de un presidente estadounidense desde 1928—, acompañada de eventos como un concierto de los Rolling Stones y un desfile de Chanel, ponen patas arriba el ritmo de la isla. Por eso, cuando un exdirigente del Gobierno cubano aparece asesinado en su apartamento, la policía, desbordada por la visita presidencial, recurre a Mario Conde para que eche una mano en la investigación. Conde descubrirá que el muerto tenía muchos enemigos, pues en el pasado había ejercido de censor para que los artistas no se desviaran de las consignas de la Revolución, y que había sido un hombre déspota y cruel que había acabado con la carrera de muchos artistas que no habían querido plegarse a sus extorsiones. Cuando unos días después se encuentra un segundo cadáver asesinado con el mismo método, Conde deberá descubrir si las dos muertes están relacionadas y qué hay detrás de estos asesinatos.
A esa trama, se suma una historia que escribe el protagonista, situada un siglo antes, cuando La Habana era la Niza del Caribe y se vivía pensando en el cambio inminente que produciría el cometa Halley. Un caso de asesinato de dos mujeres en La Habana Vieja destapa la lucha abierta entre un hombre poderoso, Alberto Yarini, refinado y de buena familia, capo de los negocios de juego y de prostitución, y su rival Lotot, francés, que le disputa la preeminencia. El desarrollo de esos hechos históricos tendrá conexión con la historia del presente de un modo que ni el propio Mario Conde sospecha.
