Como una rana en invierno: Tres mujeres en Auschwitz

Ante la muerte de aquellos que vivieron la Shoah y un revisionismo que cuestiona cada vez más su testimonio, corremos el riesgo de perder una parte fundamental de la historia. Este libro nace para señalar la urgencia por que eso no ocurra y, sobre todo, para dar espacio a aquellas voces que han sido doblemente olvidadas: las de las mujeres que vivieron en el campo de Auschwitz-Birkenau.

Daniela Padoan transcribe aquí las entrevistas que hizo a tres supervivientes, Liliana Segre, Goti Bauer y Giuliana Tedeschi, partiendo de una misma pregunta: ¿existieron diferencias entre hombres y mujeres? Ya sea por el trato recibido, por los vínculos que se formaban entre ellos, por la ubicación de los campos femeninos, situados justo enfrente de las cámaras de gas. A partir de este punto, cada una de ellas contará un relato propio con cuestiones con las que podremos estar más o menos de acuerdo desde nuestra óptica actual, pero que son parte de su vivencia; cuestiones relativas, por ejemplo, a la existencia de una feminidad intrínseca, pero también relativas a las implicaciones de ser deshumanizadas, sometidas a experimentos pseudocientíficos o juzgadas como culpables por ser concebidas como las «procreadoras de un pueblo odioso».

La voz de estas mujeres da pie a hablar no solo de cómo vivieron su hacinamiento, sino también de cómo fue lo que vino antes, con la instauración en Italia de leyes raciales en 1938, que dieron pie, entre otras cosas, a la pérdida de empleos y hogares a la población judía, y también de lo que vino después: la indiferencia de la gente, la inseguridad de las primeras veces testimoniado, el trauma, la certeza de que su voz no sería igual de escuchada que la de sus compañeros, la herida que pasa a generaciones posteriores.

Padoan habla del testigo como un vínculo entre los vivos y los muertos. No hay agradecimiento comparable al esfuerzo físico y mental que supone revivir a través del testimonio, pero eternamente agradecida a Liliana Segre, cuya autodefensa fue prohibirse recordar, a Goti Bauer, cuya humanidad traspasa las páginas y a Tedeschi, que habla de la red de salvación que supuso la hermandad entre mujeres, por ser nuestro vínculo.

¿Otro libro sobre Auschwitz? Pues sí, otro más, y todos los que sean necesarios.
Leí, con 12 o 13 años, el diario de Ana Frank y quedé tocada por su testimonio. Desde entonces, y casi sin buscarlo, siempre he vuelto a lecturas sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. No es fácil ni agradable leer sobre esto, pero me siento en la obligación moral de seguir escuchando a quien tiene algo que contar, a seguir dando voz a los supervivientes que ya apenas quedan.

En este libro Daniela Padoan recoge el testimonio de tres mujeres que sobrevivieron a Auschwitz: Liliana Segre, Goti Bauer y Giuliana Tedeschi. Estuvieron muchos años en silencio, les ha costado, pero después de un tiempo han necesitado contarlo. Y es algo muy valioso, ya que apenas hay mujeres que hayan podido expresar su experiencia puesto que en un primer momento se las silenció sistemáticamente. Pesaba sobre ellas una losa de incredulidad y de sospecha sobre lo que habían tenido que hacer para sobrevivir. Se sentían, además, juzgadas. La historia siempre la han escrito los hombres, ellas y los niños sólo eran un número, algo para completar el cuadro del horror que fue. Pero aquí están estas tres mujeres, de distintas generaciones, hablándonos de lo que sufrieron, sí, pero también de la solidaridad que se creó entre todas, esas "familias sustitutas" que se formaban en los barracones, ese esfuerzo por seguir considerando a la compañera como un ser humano y no tan sólo una 'cosa'.

Ellas han sentido la necesidad de sacar a la luz su historia, de darla a conocer, y yo no puedo hacer menos que escucharlas. Y darles voz, porque esto ya nos parece muy lejano, cuesta comprender cómo se pudo llegar hasta ese punto. Pero no estamos tan lejos, ni mucho menos. No puedo dejar de pensar, por ejemplo, en todas esas personas a las que están dejando morir en el mediterráneo ante nuestros ojos y nuestra indiferencia. Nadie hace nada, nadie dice nada... Por eso estos testimonios están vigentes y se necesitan más que nunca. No podemos ignorarlo, no podemos olvidarlo.

No es la primera vez que leo testimonios de supervivientes del holocausto, pero sí es la primera vez que leo las vivencias de mujeres en primera persona. A lo largo de la lectura de 𝗖𝗼𝗺𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝗿𝗮𝗻𝗮 𝗲𝗻 𝗶𝗻𝘃𝗶𝗲𝗿𝗻𝗼 te vas dando cuenta de lo silenciadas que han estado sus voces hasta muchos años después. Todxs lxs que estamxs interesadxs en este tema conocemos o hemos leído los libros de Primo Levi ( testimonio por excelencia) o de Viktor Frankl, pero no son muchos los libros que llegan a nuestras manos en los que las propias mujeres nos cuentan su periodo en Auschwitz. Hasta la lectura de este libro nunca me había planteado el por qué la ausencia de estos testimonios y me ha resultado desgarrador leer que “ nadie quería escucharnos”.
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En este libro se recopilan las conversaciones con Liliana Segre, Goti Bauer y Giulana Tedeschi, 3 mujeres que sobrevivieron al campo de concentración y exterminio Auschwitz-Birkenau. Cada una entró con una edad y con circunstancias personales muy distintas pero las 3 coinciden en lo esencial. El libro esta formado de 3 bloques (más un prólogo y un epílogo),cada uno ellos está dedicado a los recuerdos, vivencias y sentimientos de cada una de estas mujeres.
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Son muchas las emociones que estos testimonios despiertan en mí tras leerlos, y aunque algunas de las cosas sí coinciden con lo que cuenta Primo Levi en Si esto es un hombre (como el proceso de deshumanización al que se ven sometidas al llegar a los campos: cabezas rapadas, desnudez, pérdida de la identidad, insultos...), me parece fundamental el aspecto de solidaridad entre mujeres que resaltan estos 3 testimonios, es algo que me ha emocionado profundamente. •
El verano pasado cuando visité en campo de concentración de Sachsenhausen reflexioné mucho acerca de la importancia de que el testimonio siga vivo y es algo en lo que se incide mucho a lo largo de estas páginas. Es duro saber algunas de las cosas por las que tuvieron que pasar pero considero que es imprescindible seguir leyendo y conociendo las voces de aquellos que lograron sobrevivir a esa barbarie. •

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