Berenice, cansada de no olvidar a su ex, decide poner en marcha la arriesgada y drástica «operación Reset». Una escapada a Roma y la aparición de cierto fotógrafo harán que se plantee su decisión. Es un «chick lit» que se lee en un suspiro, divertido y con su punto disparatado. Para mí lo mejor ha sido el trío de amigos que forman Be, Zoe y Gus, me lo he pasado genial con ellos. Pocas escritoras transportan tanto a los lugares de las novelas como Lorena, de verdad, adoro esa faceta suya. A mí lo que me ha fallado ha sido la relación amorosa, la he visto precipitada y muy «instalove» —cosa que me cuesta tragar—. El final me ha dejado con ganas de la historia de Zoe.
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