Inolvidable sabor a limón

Este libro nos presenta a Noa, que tras quedarse sola decide, con una maleta y una mochila a cuestas, un sobre cerrado y muchas preguntas irse a Positano, donde su padre fue feliz y de donde ha oído muchas historias. Noa es cabezota, fuerte pero con miedos y adora el mar.

Una vez allí conocerá a Fede, con su Limoncello, a su novia Giula, que son un auténtico amor juntos y por separado, a Fran que es esa abuelita entrañable que quieres achuchar y adorar eternamente, a John, que desde luego es el punto discordante de esta historia pero necesario, y a Angelo.

Angelo es reservado, serio, con secretos y misterios que iremos descubriendo pero con un corazón de oro, el chico de limón me ha conquistado desde la primera página, y lo que todo empieza con tiras y afloja constantes nos traerá una historia preciosa de amor y superación.

La ambientación de este libro es brutal, he sentido en todo momento recorrer la costa Amalfitana con ellos, vivir los olores y sabores, disfrutar de las supersticiones y leyendas… excepcional.

La pluma de la autora es sencilla pero muy cuidada, con encanto, ágil y amena. Era la primera vez que la leía y os aseguro que no va a ser la última porque me he quedado prendada. Desde luego Lorena me ha hecho SENTIR (en mayúscula y negrita) millones de cosas con este libro.

Si queréis una historia amena, divertida, con unos personajes principales y secundarios preciosos, llena de amor, amistad, risas, superación, redención, magia, dulces y lugares increíbles… no la dejéis pasar porque os va a enamorar de principio a fin.

Le doy 5/5

Ha sido una lectura maravillosa. Los personajes, las situaciones que viven, las descripciones de Italia que te hacen sentir allí, las recetas de cocina y el inolvidable sabor a limón que lo impregna todo.
Los personaje son una de las mejores cosas que tiene esta novela. Todos ellos son increíbles y entrañables. Es de esos libros en los que sabes que echarás de menos a los personajes.
Noa es la protagonista, fuerte y decidida, aunque también esconde sus miedos.
Fede es un encanto, divertido y dicharachero.
Giulia es dulce y encantadora.
Angelo es más introvertido y serio, pero una persona maravillosa.
John es la bala perdida, pero el que más sabe de la vida y de los sentimientos.
Y Fran, Fran es la abuela tierna y adorable pero que no se corta un pelo a la hora de decir las verdades y con la que puedes pasar momentos realmente divertidos. Y la novela no sería lo mismo sin ella.
Todos juntos en un lugar idílico hacen de la novela un lugar mágico.
Narrado en primera persona y con mucha agilidad que hacen que se lea de una forma rápida y amena.
El final es muy emotivo y precioso.
Por supuesto, es una historia que transmite cien por cien la sensación del verano.

Positano va a ser un pueblo de la costa Amalfitana, es donde se desarrolla casi todo el peso de la historia, pero visitaremos otros lugares de la costa.

Noa acaba de perder lo que más quiere, se siente sola y perdida, además de que no quiere enfrentarse a unos resultados. Así que decide hacer un viaje, al lugar donde su padre siempre le ha dicho que tocó el cielo y a la vez el mismísimo infierno.

Noa es una chica que no tiene amistades, en los últimos tiempos se hizo cargo de un familiar y eso le alejó de muchas cosas, es celosa de su intimidad y no conoce a su madre, pero no es algo que necesita saber.

El viaje a Positano no va a ser fácil, muchas horas, muchas cosas que dejar detrás y al final, Federico será la persona encargada de abrir todo un mundo para Noa.

Casa Francesca es un sitio que todo el mundo conoce en Positano, Francesca es una adorable mujer que alquila una habitación. Entre ellas va a surgir un gran cariño y serán como abuela y nieta.

Angelo es primo de Federico, un chico taciturno, algo gruñón, que habla poco y muy celoso de su pasado y su vida. Positano es su segunda casa y donde puede sanar.

Noa y Angelo se conocerán y los roces están servidos entre ellos, dos personas con heridas que curar que estar al lado del otro todo empezará a curar. Pero los secretos y las mentiras pueden hacer que todo se pierda.

Gigi, pareja de Federico, es una chica risueña, dulce y con un corazón muy grande. Será como una hermana para Noa, entre ellas surge la amistad de una manera natural. Y John será un gran amigo para Noa.


Una novela que habla de pasado, de las heridas, de los secretos que son sabidos por muchos, la confianza se puede perder en un segundo y que uno puede encontrar su hogar y su familia en el sitio que menos lo espera.

La portada y el título son la mar de llamativos. Y una vez que lees la sinopsis tienes que adentrarte en este libro.

Me ha gustado la dedicatoria del libro: A aquellas personas que exprimen el presente.

El detalle de los limones también en la maquetación me ha gustado bastante. Todo está muy cuidado y muy acorde.

La protagonista de esta historia es Noa, una chica que nos narra en primera persona su gran aventura tras la muerte de su padre. Que no es otra que viajar desde Madrid a Positano.

Es una novela que nos habla de una búsqueda personal, de amistad, de amor, de cultura, de reencontrarse a uno mismo, de segundas oportunidades y, sobre todo, de limones.

Aunque algunas cosas son predecibles, me ha gustado los giros que ha tomado la trama y el ir descubriendo a los personajes, tanto principales como secundarios, poco a poco. Sin Angelo, Francesca, Federico, Giulia y John esta historia no estaría completa. Y por supuesto Limoncello, el fiat 600 amarillo de Federico, que tan bien conduce.

Este libro ha sido toda una sorpresa que no esperaba encontrarme. de no haber sido por una lectura conjunta, posiblemente no lo habría conocido.

Sin duda, lo recomiendo.

Ay lo que he disfrutado esta historia. Es increíble cómo Lorena nos transporta a esa zona de Italia, es imposible no querer transportarse allí con los personajes. Noa y Angelo, los protagonistas, me han gustado muchísimo; me ha sido muy fácil empatizar con ella y él tiene ese punto misterioso que tanto me atrae. Su relación me ha parecido muy bonita. Además, los secundarios resultan totalmente necesarios y son muy pintorescos; mira a ver si eres capaz de no cogerles cariño a John, Francesca, Giulia y Federico. Es una delicia leer a Lorena, su pluma es directa, delicada y sentimental.


Una historia de amistad, miedos, familia y mucho amor del tierno. Tiene su parte más intensita, pero el final es perdonable (no como otro que yo me sé). Por mi parte, recomendadísima.


Aviso: esta novela te crea la necesidad de hacer una ruta por la costa amalfitana, ir a casa de Francesca a comer y beber la limonada de Federico y Angelo.