Los sucesos de la noche anterior, infinitamente complejos a la luz de las velas en la intimidad de la alcoba de Laurent, se habían reducido a un único y maravilloso hecho aquella mañana. Laurent lo echaba de menos. |
Los sucesos de la noche anterior, infinitamente complejos a la luz de las velas en la intimidad de la alcoba de Laurent, se habían reducido a un único y maravilloso hecho aquella mañana. Laurent lo echaba de menos. |
Era como estar cautivado por un arbusto con espinas y disfrutar de cada pinchazo. Un segundo más y diría algo igual de ridículo.
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- Tenía que encontrarme con un hombre. Cree en todo eso del honor y el juego limpio, e intenta que haga lo correcto. Pero ahora no está aquí. Por desgracia para ti.
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Lo notaba entre ellos, del mismo modo que lo advertía todo entre ellos. El engañoso manejo de la espada se parecía mucho a las trampas que Laurent tendía a todo el mundo, a las mentiras, a los embustes, a la elusión de una lucha directa en favor de las tácticas que empleaban todos los que lo rodeaban para conseguir sus objetivos, ya fuera una remesa de esclavos o una aldea de inocentes.
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—No. Escúchame, Damianos. Confías ciegamente en la gente. Ves el mundo en términos absolutos: si crees que alguien es tu enemigo, nada te disuadirá de armarte para enfrentarte a él. Pero cuando le das tu cariño… Cuando juras lealtad a un hombre, tu fe en él es inquebrantable. Lucharías por él con tu último aliento, desoirías cualquier palabra dicha en su contra e irías a la tumba con su lanza clavada en el costado. —¿Acaso tú no lo harías por mí? —cuestionó Damen—. Sé lo que implica que estés a mi lado. Sé que si me equivoco, lo perderás todo. |
El dolor por la pérdida no tenía sentido, pues Laurent nunca había sido suyo. Lo sabía. La delicada relación que había nacido entre ellos nunca había tenido derecho a existir. Siempre había tenido fecha de caducidad, y todo acabó cuando Damen tomó el trono.
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Lloraría por el hombre que había sido, por el hombre que pudo haber sido, por los cientos de pasados y quizás.
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Sentía la eterna presión de su destino a cada paso que daba.
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Aquello no iba a tener nada de digno
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¿En que trabaja Kote?