El príncipe cautivo

Es la primera vez que leo una novela donde el componente amoroso recae en una pareja del mismo sexo. al principio me retraje, pero las recomendaciones eran buenas y la fantasía de conspiraciones palaciegas me tienta demasiado como para renunciar al reto ;o)

Vaya novela más adictiva. de una manera oscura e intrigante porque EL PRÍNCIPE CAUTIVO es fantasía afrancesada con toda la decadencia y obscenidad de una corte parisina echada al lado viril de la carnalidad.

Muy fluida y venenosa, toda la trama trota por capítulos preñados de engaños, castigos salvajes, odios virulentos, desnudez procaz y un homenaje a la lujuria entre hombres que lo empapa todo.

Tenemos a dos reinos enfrentados tras una enemistad encarnizada y en el meollo de una paz precaria. A un lado, Damen, traicionado y regalado en prenda de amistad al príncipe más hostil, frío, inalcanzable, artero y manipulador imaginable. Y tan bello como un rayo de sol. al otro lado, el príncipe de Vere actúa como una araña, astuta y paciente en su tela de maquinaciones privadas contra su tío y sus secuaces en la nobleza.

Entablan un duelo de dominación y poder entrelazado de lujuria velada.

Atmósfera decadente de la corte, poblada de subterfugios políticos, sensualidad depravada y violencia sexual. La falta de respeto por la vida o la dignidad en virulento contraste con los juegos públicos y el desmedido lujo volcado en los esclavos.

No sólo Damon se halla en situación precaria en pleno territorio enemigo, sino que el propio príncipe heredero corre peligro en el seno de su corte, lo que genera estimulantes fluctuaciones en el status de ambos. Claro que la resistencia física de Damon recibe duros golpes, al igual que su sentido del valor personal. Pobrecillo, lo que llega a sufrir, pero es admirable que siempre mantiene la mente preclara para pensar en estrategias de escape.

Me he enganchado a la lectura con suma facilidad porque no he podido resistirme a la desgracia que sobreviene al fuerte, justo y valiente príncipe de Akielos. Sangra y sufre en las garras de una sociedad hedonista y corrupta, hace que le compadezcas pero sobre todo que apoyes su fortaleza y su indignación ante tales desmanes. Además, su liza con su alter ego en el reino de Vere es electrizante como un látigo en movimiento e igualmente letal. Los diálogos entre ambos chispean de puro desafío y nunca ceden al sentimentalismo. al contrario, se odian y desprecian sin fin.

A pesar de ello, la relación forzosa atraviesa diversas etapas y sigues cada uno de sus altercados, pullas y pactos inciertos con el diablo como si fueran la tele y tú te atiborraras de palomitas.

Me ha gustado mucho el final repleto de riesgos y amenazas. Aunque es una novela corta y se lee en un suspiro, se agradece que incluya un relato extra al final. Lo que me recuerda que el tratamiento de los esclavos hace alusión a dos extremos de un baremo: el poder de la sumisión voluntaria y el sadismo de la crueldad lúdica. Terrible dicotomía.

La novela tiene sus momentos dulces en torno a uno de sus esclavos, a pesar de la crudeza del mundo que retrata. En conjunto, es muy entretenida y estimulante. Y destaca en el panorama actual. Por eso me alegro de haberme atrevido con ella y estoy deseando atreverme más con el segundo :-D

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