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Sabía que me iba a gustar pero no sabía que tanto. Ese hilo argumental, casi jugando con la percepción del lector, a dos tiempos separados por apenas un año, con dos historias aparentemente sin ningún vínculo entre ellas pero con el sabor a consecuencias de acciones pasadas, de hechos que nos impiden seguir adelante, de familia, y de dolor, nos trae un relato intimista y cercano sobre la fuerza de la vida, para bien y para mal, devolviéndonos la confianza en los sentimientos de las personas. Aunque tenemos una protagonista definida por la narración en primera persona de uno de sus tiempos argumentales (Blanca), el peso del resto de personajes es tan importante que casi es una novela coral. Me ha sorprendido cómo la autora consigue acercarnos a cada uno de ellos, a su pena, a su remordimiento y a su determinación, así como a su historia si ella lo consideraba oportuno. No es fácil porque no enmascara lo malo sino que lo narra desde la sencillez de una confesión sincera y creo que eso se siente al leer la novela. Con un tema de base bastante actual, y a la vez más común de lo que nos gustaría a todos, la autora nos coloca en la situación de conocer más allá de las víctimas y verdugos pero sin la sensación de que está justificando nada, ni siquiera juzgando; eso puede que lo deje para el lector. Me ha gustado la manera de Pilar Muñoz de escribir. La he sentido cercana, directa y certera, porque no me ha sobrado nada ni me ha faltado nada, y así es justo como me gusta leer a mí. #próximasreseñas |
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