Chamamé

Cuando leía en este libro, un capítulo en el que el pastor Noé (un ex convicto del pabellón evangelista), le decía al perro (otro ex convicto con el que venía de secuestrar a la hija de un comerciante), que no le iba dar su parte del rescate porque había escuchado a Dios que le decía " oh detené esa voz, oh decapita la voz" y que por eso debía usar su plata para hacer una iglesia para detener el maligno, cuando en realidad no era Dios, sino una canción por la radio (de " los visitantes)...me golpée la frente con la mano y pensé " cómo diablos termino siempre leyendo estos delirios"🤦‍♀️...peor aun, cómo es que me gustan tanto🤦‍♀️?? Cómo es que una ama de casa aburrida, termina fascinada con un relato cargado de brutalidad y violencia, lleno de persecuciones y ajustes de cuenta, con delincuentes que no se detendrán hasta atravesarle el cráneo al otro con una bala?!Ni idea😅, pero me encantó (tal vez debería ir al psicologo). No pude parar de leer este libro tan intrépido y tan feroz, que no se detenía nunca.
Lamentablemente...aunque quisiera convencerlos a todos para que lo lean, no puedo recomendarlo tan alegremente😭...salvo que seas argentino, tengas mas de 40 y te guste el rock and roll. 😕😕😕 Por qué? Pues porque el lenguaje no solo está repleto de modismos sino que abunda la jerga tumbera (jerga carcelera). Porque si sos demasiado joven, te perderás muchas referencias que solo entendemos los que vivimos los icónicos '80 y ' 90 y porque si no entendés de música vas muerto😕. El pastor Noé escuchaba la palabra del señor en miles de canciones de rock, sobre todo nacional, y el perro tenía atravesado el corazón por Sweet Child Of Mine. La música se apodera del relato despiadadamente y sin  tomarse el trabajo de explicitarte las referencias. Podés reconocerlas o perdertelas todas. Depende de vos.
Yo soy Argentina y tengo 43 años, y a mí Leonardo Oyola me llenó el cuerpo de nostalgia🥺. Me hizo recordar como de niña miraba fascinada a Robotech, como de adolescente aunque odiaba a Bon Jovi, cuando cantaba  " Blaze of Glory", cerraba los ojos y no lo veía a él sino a Emilio Estevez riéndose como Billy The Kid...y como sabiendo que vivo en un lugar lleno de carencias donde si naces pobre nunca tendras una oportunidad, aún así sigo amando mi país y sigo llevando la celeste y blanca tatuada en mi corazón.
Pero sobre todo recordé que alguna vez me alimenté a puro rock. Que escuché "Welcome To The Jungle" mil veces y mil veces más, que los abuelos de la Nada me erizaban la piel, que Spinetta, Charly, Calamaro, Led Zeppelin, Nirvana,  los sex pistols y Queen sonaban dentro mío a cualquier hora; y que una noche, allá por el 2009, en el estadio River Plate, lloré cuando Brian Johnson entonó " Dirty deeds done dirt cheap". Ese día supe que lo que hacía AC/DC era arte.
Por todo eso, amé este libro😍.