En silencio

«En silencio» es peculiar.
Lo componen unas excelentes ilustraciones que dibujan la realidad siniestra de una niña que se siente perdida en un mundo que la presiona a guardar silencio y no destacar entre la masa homogénea y sumisa que supone la civilización. Ella siente la necesidad de expresarse, de abandonar aquella burbuja que constriñe sus sueños y encuentra, cómo no, en los libros la salida de emergencia de un mundo deprimente hacia otros destinos ficticios, resaltando el el carácter escapista de la literatura como refugio (algo muy popular a lo largo de la historia literaria).

Pese a la calidad de las imágenes y la originalidad a la hora de transmitir el mensaje, la obra no termina de encajar. Es tremendamente arriesgado por lo restringido que parece el público al que está destinado, entre los que, por suerte o por desgracia, no me encuentro. Considero un error la difusión de «En silencio» por el formato impreso (creo que el audiovisual le vendría mejor) precisamente porque puede caer en manos de tres tipos de públicos diferentes: el que se siente identificado, el que finge sentirse identificado y el que se arrepiente de haber gastado el dinero en un libro de dibujos con un mensaje original en su forma pero muy repetido en el fondo que puede leerse en apenas 5 minutos y olvidarse en otros tantos.
Teniendo en cuenta la mayoría que aglutinan los dos últimos grupos del potencial público yo no recomendaría este libro más que para echarle un vistazo rápido en una librería antes.