ERIK VOGLER l, LOS CRÍMENES DEL REY BLANCO

Aprecio el intento de acercar la novela negra a un público más joven, con elementos paranormales para hacerla incluso más atractiva.

Pero le falta una corrección y edición. Esta bien que la autora no quiera repetirse, pero la única alternativa al nombre del protagonista es "el nieto de" y llega un momento en el que se hace repetitivo, cansino, y si nos ponemos más profundos, defenestra aún más el papel protagonista de Erik Vogler.

Porque, de por sí, el personaje como protagonista hace poco. Se presenta como a un personaje inaguantable, pero no lleva a cabo ninguna acción para demostrarlo. Abundan los detalles de qué come, cuando duerme, qué sueña incluso. Pero él no llega a la resolución de ningún caso, simplemente se deja llevar por las circunstancias y éstas se lo ponen todo en bandeja. A la resolución final le falta anticipación y el culpable lo es por pruebas traídas por los pelos.

La que si se me ha hecho inaguantable hasta las páginas finales ha sido su abuela. Sin razones para las regañinas ni para darle al niño la fama que le da. En cambio, si que me ha gustado mucho el personaje de Albert Zimmer. El detalle de la boca (spoiler que no diré) lo ha hecho más dimensional que a Erik.

Tampoco habla a su favor que, en ocasiones, el libro se ponga condescendiente. O que repita la misma información dos párrafos seguidos, por si acaso el lector es tontito. Si es un libro destinado a un publico infantil, tratalo como a tal, no como si le faltasen tres cuartos de las neuronas necesarias para respirar.