Brian Mcneill 3: PÁNICUS

"Brian Mcneill 3. Pánicus" es la tercera parte de la colección Brian Mcneill, para niños a partir de 10 años, escritos por Beatriz Osés e ilustrados por Mónica Armiño. Sus anteriores entregas son: "Brian Mcneill 1. Plásticus" y "Brian Mcneill 2. Love.com".

Recomiendo leer los libros de la colección Brian Mcneill en orden. En esta ocasión es importante, para saber la relación de los personajes y las peculiaridades de cada vecino de Aill, la pequeña aldea irlandesa en la que se desarrolla la historia. Además, el protagonista, Brian Mcneill, tiene Asperger, un detalle que en la sinopsis ya se cuenta. Esta situación tiene importancia, ya que ayuda a entender ciertas maneras de actuar de Brian Mcneill a lo largo de la historia, por ejemplo, su obsesión por recoger todos los días siete piedras de la playa. Me ha gustado que la autora cree al protagonista con este síndrome, para que los niños puedan conocer un poco más acerca de ello y si ven en sus amigos o compañeros de colegios acciones parecidas lo puedan relacionar y no les extrañe ni lo vean como algo diferente.

"Brian Mcneill 3. Pánicus" esconde una historia divertida pero en la que la autora acercará a los niños un tema con el que puede que no estén familiarizados: la muerte.

Beatriz Osés se ha apoyado en un personaje del folclore irlandés, la banshee. Una dama de negro que acude a llevarse a las personas por orden del destino.

Brian Mcneill se encuentra con ella mientras pasea por la playa. Justo ese día, un vecino del pueblo aparece muerto, pero la banshee le dijo a Brian que en tres días se volverían a ver. A partir de ese momento todo el pueblo entra en pánico por saber quién va a ser el siguiente que acompañe a la dama de negro.

A pesar del tema de la historia, "Brian Mcneill 3. Pánicus" es una historia muy divertida gracias a la personalidad tan peculiar de los vecinos de Aill y las ideas tan estrafalarias que se les ocurren. Me ha gustado que la autora elija este tema, para que los niños puedan ver la muerte como algo natural y a pesar de la reacción inicial, algo a lo que no tener pánico, o no tanto al menos como los vecinos de Aill.

Beatriz Osés les enseña que es importante aprovechar cada momento y no pensar en el futuro. No hay que dejar de hacer algo que queramos o decir algo a las personas de nuestro alrededor, ya que quizá nos podamos arrepentir, igual que los amigos y vecinos de Brian Mcneill van descubriendo. Con Amy aprenderán también a sentirse bien con uno mismo y hacer las cosas que nos gustan, asumir las que no, jugar, querer a los demás y dejarse querer, para que cuando la dama de negro nos visite no tengamos ese pánico que se puede sentir frente a la muerte.

Por otro lado, la autora otorga a la banshee de una personalidad muy humana y tierna. No es un espíritu maligno que pueda aterrorizar a los niños que lean la historia. Tal y como Brian Mcneill descubre, la banshee también tiene sentimientos y necesita sentirse querida o tener un amigo con el que hablar.

Una vez más, Beatriz Osés destaca la importancia de la amistad y de ayudarse los unos a los otros. Los vecinos de Aill hacen piña cuando es necesario y no dudan en ayudarse en ningún momento.

Las ilustraciones que Mónica Armiño ha creado son simplemente perfectas. Tienen un enfoque adulto, pero sin perder la esencia infantil que consigue llamar la atención de los niños. Los personajes son un poco caricaturescos respecto a las expresiones o la complexión física, cada vecino es diferente, lo cual hace que todos los personajes puedan llamar la atención de los niños por un motivo u otro. Son muy coloridas y con unos contrastes muy delicados y llamativos. Además, algunas ilustraciones son a doble página, lo que permite que contengan muchos más detalles de alguna escena que se ha leído y, por lo tanto, los niños se puedan entretener relacionando el texto con la ilustración. Mónica Armiño ha sabido sacar el máximo partido a la historia con unas ilustraciones de calidad a la altura del texto.
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