Benjamin Wilson y el caso de la mano maléfica

Benjamin Wilson es un tierno señor a punto de jubilarse. Equilibrado, constante y de hábitos adquiridos que le otorgan una vida sin sobresaltos y con todos sus días siguiendo las mismas directrices.
Recibe un comunicado en el que se le exige su reincorporación a su antigua escuela de primaria de forma inmediata, teniendo en cuenta su edad, 7 años.
Lo que en principio le parece anecdotario se convierte en una pequeña pesadilla ya que a pesar de las evidencias no consigue convencer a nadie del enorme error cometido con él.
No siente ningún interés en regresar a esa escuela y mucho menos en el momento en que se encuentra, con una jubilación próxima y otros intereses.
El Sr. Wilson no podrá recurrir esa sentencia todo lo rápidamente que él desearía e intenta llevar esos días de trámite de la mejor forma posible.
En ese lapsus temporal se ve envuelto en unos extraños acontecimientos que afectan a muchos de sus nuevos compañeros y decide resolver el enigma de la mano maléfica.
Una serie de situaciones sospechosas firmadas con la imprenta de una mano roja aterroriza a los estudiantes y está decidido a desenmascarar a los responsables.

Wilson cambia de esquemas, percibe la realidad sin tanto patronaje. le da una oportunidad a ese cambio impuesto por la errata de un ministerio y se embarca en una aventura para superar la difícil etapa personal de su primaria pasada.
Esta historia nos atrae con dulzura, inteligencia y curiosidad. Su autora sabe plasmar de forma sencilla algo tan importante como la adaptación y los cambios en nuestras rutinas, dirigiéndose a un pequeño lector.
Acompañada de la mano virtuosa de Emilio Urberuaga, muy conocido por sus ilustraciones de Manolito Gafotas, Tucán ( Edebé) nos ofrece unas horas de lectura entrenida para compartir con nuestros futuros lectores adultos.