En esta ocasión, aunque parece que ya la relación fluye, Nick y Charlie se encontrarán con que no conocen muchas cosas uno del otro. Algunas les sorprenderán de manera positiva, otras tendrán que descubrir qué sienten al respecto e intentar gestionarlas lo mejor posible. Como siempre, tendrán que bregar con algún que otro homófobo, y aunque esta clase de personas los hacen daño, el estar juntos los ayudará a superar estos obstáculos. Además, comenzarán a compartir su amor con sus amigos más cercanos, gente con la que se sienten cómodos y pueden sincerarse, pero esto puede implicar que cada vez más gente sepa que están saliendo y que Nick es bisexual. Me ha gustado mucho cómo en esta ocasión la autora ha explorado el tema de la salud mental a través de la ansiedad, la autolesión y la anorexia, de manera que el adolescente que necesite ayuda en este sentido, pueda recurrir a alguien con quien se sienta bien hablando. Siempre que leo un libro de Heartstopper pienso que es una buena manera de acercar muchos temas importantes a los adolescentes, a la vez que todos pueden tener un referente en alguno de los personajes que aparecen en la saga. Aunque no romantiza el ser diferente y enseña cómo en la vida real la gente lo pasa mal porque vive algunas situaciones desagradables, no deja de animar a quererse a uno mismo y respetar a los demás, algo que si hicieramos todos conseguiría que nadie se sintiera mal. Otro libro más de la saga Heartstopper que leo y que disfruto, por lo que no creo que sea el último. |