Quien controla el pasado —decía la consigna del Partido— controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.
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Quien controla el pasado —decía la consigna del Partido— controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.
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Lo único que te pertenecía eran los pocos centímetros cúbicos del interior de tu cráneo.
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Encontrarse en minoría, incluso en minoría de uno solo, no significaba estar loco. Había la verdad y lo que no era verdad, y si uno se aferraba a la verdad incluso contra el mundo entero, no estaba loco.
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Lo único que te pertenecia eran los pocos centímetros cúbicos del interior de tu cráneo
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El legado de la humanidad se transmitía no haciéndose oir, sino conservando la cordura
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Era una joven de aspecto audaz, de unos veintisiete años, con espeso cabello negro, cara pecosa y movimientos rápidos y algo de atléticos. Llevaba el «mono» cedido por una estrecha faja roja que le daba varias veces la vuelta a la cintura realzando así la atractiva forma de sus caderas; y ese cinturón era el emblema de la Liga juvenil AntiSex
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Las masas nunca se rebelan por su propia voluntad, y nunca se rebelan simplemente porque son oprimidas. De hecho, mientras no se les permita tener estándares de comparación, ni siquiera se dan cuenta de que están oprimidas.
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Todo se desvaneció en la niebla. El pasado fue borrado, lo borrado olvidado, y la mentira se convirtió en verdad.
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“ Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante”.
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La rebelión se limitaba a un cruce de miradas, una inflexión de la voz o, como mucho, una palabra susurrada ocasionalmente
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