Aprender a hablar con las plantas

Qué sentimiento tiene más peso? El dolor por la muerte de tu pareja con quien hace 15 años compartes tu vida y proyectos ? o el enojo porque horas previas a su muerte él te anunciaba su infidelidad, el amor por otra mujer y su inminente mudanza, dando fin a la convivencia y una vida conjunta?
Qué hacer con ese vacío? Como volver a habitar esa casa, frecuentar a los amigos comunes, relacionarse con su familia? Qué hacer con ese dolor que todos esperan que sienta?

Elegí leer este libro porque me pareció muy interesante ese planteo que leí en la sinopsis.
Me encontré con un libro precioso, que habla de la resiliencia ante una pérdida pero en este caso esa muerte es precedida por ese anuncio inesperado, cruelmente doloroso, que la parte en dos. Solo unas horas separarán ese antes del después.

Amé el personaje de Paula, es tan real, tan humana, sufre, odia, extraña ,se castiga, no sabe qué hacer con todo lo que siente, se equivoca y lo vuelve a intentar.
Seremos testigos de su abrupto caminar, de esa vida que dió un vuelco y cuando apenas estaba intentando recuperar el equilibrio, llega otro golpe de lleno en el estómago.

Marta Orriols escribe muy bello, y me ha permitido disfrutar de algunas escenas, en la clínica donde Paula ejerce como neonatóloga o con su padre, un ser adorable, que me conmovieron hasta las lágrimas.

Recomiendo esta lectura, es intimista y real, y sumamente enriquecedora.

"La vida es así, un día te muestra el cielo manchado de rosa y en el otro ya es negra noche."
Esta es la forma en que la vida de Paula de un día para otro da un giro y todo cambia. Siempre que la muerte se lleva repentinamente a un ser querido, toca aprender a continuar sin él, toca asumir la pérdida y volver a empezar, porque la vida continúa. Pero esta no es la historia solamente de un duelo, es la historia de una doble aceptación totalmente contradictoria. Son las ganas de llorar contra las ganas de gritar. Es la pena y la tristeza contra la rabia y la traición. Y es que a Paula le comunican que su pareja ha muerto en un accidente el mismo día que en la comida que habían hecho juntos, Mauro acababa de decirle que tenía una amante y que su relación había terminado. Sin tiempo para aceptar la primera noticia, llega la segunda, sin tiempo para que surja el desengaño y el rencor, se encuentra abrumada por la pena y el desconsuelo. Se trata, por tanto, de una novela totalmente intimista, introspectiva, donde Paula nos hará partícipes de sus sentimientos, de sus contradicciones y sobre todo de la madurez para afrontar esta situación sola, sin necesidad de dañar a la familia, sin necesidad de perjudicar el recuerdo de alguien que ya no está. Acompañaremos a Paula en su crecimiento personal, hacia la aceptación y empatizaremos fácilmente con su entereza, para tomar las riendas de su vida de nuevo, para salir adelante y curar también las heridas del pasado. Un pasado en el que la muerte de la madre marcó su infancia. Una novela diferente, muy bien estructurada, con una escritura llena de belleza, que en ningún momento cae en el drama, sino que transmite esperanza, fortaleza y admiración. Me ha encantado la prosa de Marta Orriols y seguro que seguiré leyéndola.

Es curioso como la mayor parte de los lectores y de la crítica habla tan positivamente de este libro. Algunos lo presentan de una manera, que parece que si no te convence, es porque careces de sensibilidad o algo peor…
Muerte, dolor, duelo, sentimientos a flor de piel, es lo que te encuentras en la novela, cierto, pero ninguno de esos temas se afronta con la profundidad suficiente, de manera que comparar a la autora catalana Marta Orriols con Margaret Atwood o Alice Munro, como hacen algunos, se me antoja más que excesivo.
“Aprender a hablar con las plantas”, publicado en el 2018, narra un viaje introspectivo hacia el interior de un personaje, el de la doctora neonatóloga Paula Cid, que resulta ser bastante banal y superficial. Se supone que es la historia de superación de una pérdida, una pérdida con doble cara, puesto que Mauro, la pareja de Paula, poco antes de morir le comunica que desea separarse de ella porque ama a otra mujer. de manera que Paula se encuentra ante un doble duelo, uno abierto a la mirada de todos y otro que trata de ocultar a toda costa, incluso a través de la mentira, más preocupada por no ofrecer una imagen de víctima y mujer despechada, que otra cosa. La realidad es que el personaje de Paula experimentará dudas, dolor, desorientación, culpa, sí, pero muy poco, por no decir nada, de crecimiento personal a lo largo de toda la novela, una novela muy alejada de esa penetración psicológica que muchos le atribuyen. Los temas que aborda son delicados, sí, interesantes, también, pero insisto, tratados con muy poca profundidad en el fondo.
Coincido con aquellos lectores que perciben en el personaje de la protagonista, un constante tono de condescendencia hacia el resto de personajes (planos y construidos a base de tópicos) que es insoportable y que en absoluto justifica el estar pasando por un doloroso doble proceso de duelo.
Lo que sí hace muy bien la novela es reflejar el ambiente frívolo de las clases más acomodadas de Barcelona.
En definitiva, “Aprender a hablar con las plantas”, un título que yo interpreto como una metáfora de aprender a hablar con uno mismo, y ni eso consigue la protagonista, que en toda la novela resulta ser incapaz de comunicarse en profundidad con nadie, ni consigo misma, es una historia fácil de leer, y sin embargo, monótona, redundante, empalagosa… Lo único positivo que le encuentro es el hermoso tono lírico de algunos pasajes. Pero que una novela esté bien escrita, a menudo es insuficiente…

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A Paula Cid, una neonatóloga de cuarenta y dos años, la vida le ha dado un revés terrible y en cuestión de unas horas su vida se ha desmoronado por dos veces. Mauro, aquel con el que compartía su vida, acaba de fallecer víctima de un accidente de tráfico y ella vive presa del dolor por la pérdida y llena de rabia por un motivo del que nadie sabe pero que le corroe las entrañas, porque Mauro, su Mauro, ese que completaba su vida, unas horas antes de su muerte, durante una comida, le comunicó su intención de terminar la relación. Ahora, unas horas después, de repente él no está y ella no sabe muy bien cómo gestionar sus emociones ni acierta a saber qué se supone que debe hacer: si interpretar el papel de viuda doliente o romper con todo y gritar a pleno pulmón la rabia por su traición. Pero, en su ausencia, cualquier reproche es vano; lo cierto es que él se ha ido para siempre y a ella solo le quedan los recuerdos de una vida en común, y unas plantas que con mucho mimo mantenía él y que a ella empiezan a ponérsele mustias. Y está aterrada.

Qué difícil es encontrar las palabras justas para transmitir el dolor, la desazón, el desvarío y ese desbarajuste emocional que provoca en una persona la pérdida de un ser querido, y que da al traste todos los planes de futuro sin incurrir en repeticiones, sin entrar en bucle, qué difícil remover al lector con una trama de esas en las que sin ocurrir mucho ocurre todo y el movimiento viene a cargo de las emociones y el estado anímico de una persona. Y, sin embargo, qué fácil parecer haberle resultado a Marta Orriols dar de lleno en la diana, despertar el interés de lector, hacerle sufrir con Paula y arrastrarlo junto a ella en viaje de introspección en el que se siente confidente de su confusión, su dolor, su negación, de ese refugiarse entre los recuerdos que la alejan del daño que ya está hecho y de la ausencia de Mauro. Y mientras se recompone, entre sus silencios y ese observar cómo a su alrededor la vida sigue su curso, ella prefiere echar la vista atrás y recordarnos cómo era su vida con Mauro. Un acierto esa narración en primera persona que imanta a un lector, que muda por unas horas la piel y vive con la protagonista ese luto y todas las etapas posteriores, en las que a pesar de las prisas del entorno por sanar al animal herido, este necesita su tiempo.

Me ha gustado muchísimo la original forma de plantear el luto de esta mujer y cómo la autora ha sabido plasmar sobre toda su historia una reflexión presente a lo largo de todo el libro acerca de la importancia del tiempo en nuestras vidas y cómo en cuestión de segundos todo se altera y nuestro rumbo puede dar un giro de ciento ochenta grados. Si Mauro hubiese fallecido una semana después, ellos estarían separados y ella no estaría en el centro del huracán.

Aprender a hablar con las plantas es una novela que trata un doble duelo: el de una mujer abandonada y al rato viuda, que en primera persona nos irá narrando su periplo, su caída vertiginosa, su pérdida, su traición, su necesidad de reubicarse, de reinventarse y de dejar el tiempo correr. Y a pesar de estar ante una historia que gira en torno a un hecho doloroso, no es esta una historia que busque la lágrima fácil aunque sí que logra conmoverte, meterte de lleno en la historia, verte en la piel de la protagonista y disfrutar de una narración deliciosa, rica en matices, minuciosa, que aun siendo capaz de describir con todo lujo de detalles todo el abanico de emociones que se entrecruzan en la mente de Paula en esos momentos tan duros, no se recarga innecesariamente ni incurre en excesos.

Marta Orriols ha creado una novela maravillosa, de las que dejan marcas en lo más hondo de tu ser y permanecerán muy vivas en tu memoria. Narrada con una delicadeza exquisita, esta es una de esas historias donde las emociones están muy presentes y donde incluso un suceso trágico puede estar revestido de belleza por la forma en la que es contado. Además, en la historia se mantiene muy vivo un mensaje de esperanza y es que aun en las condiciones más adversas, la vida siempre se abre camino y debemos ser capaces de reinventarnos y seguir.

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La verdad, es difícil hablar de este libro. Tampoco os quiero desvelar mucho, es mejor ir descubriéndolo y que Paula os vaya contando lo que siente. Cómo tiene que aprender a reestructurar su vida después de una pérdida muy importante, no sólo por la muerte de alguien muy cercano a ella, también por la pérdida del amor. Más que sobre el duelo diría que es una historia sobre la supervivencia, sobre volver a uno mismo y seguir adelante. Reconozco que al principio no me convencía pero al final Paula me atrapó, por su manera de expresarse, de contar las cosas, con sus emociones contradictorias y complicadas, por su sinceridad. No me ha parecido del todo redondo pero no he dejado de subrayar en todo el libro.

La verdad, sigo quedándome con Rosa Montero pero voy a seguirle la pista a esta autora porque creo que tiene mucho que aportar.

La portada del libro en español es más bonita y explícita que la portada del libro en francés donde tenemos solo unas hojas verdes estilizadas mientras que la imagen de la chica que se esconde tras una planta es más sugestiva con el texto en la portada española.

El título del libro tiene que ver con el desenlace de la historia : el amor que Mauro Sanz dedicaba a sus plantas del balcón será transmitido a Paula Cid con un rol simbólico y hasta catártico para ella.

Paula Cid, 42 años, es la protagonista de esta historia; es neonatóloga muy apreciada en su especialidad, que se acerca a la Reanimación con una tasa alta de decesos. Se necesitan nervios de acero y un corazón muy fuerte para luchar por la vida de seres indefensos que necesitan ante todo contacto y calor humanos.
Doce años de vida en común entre Paula y Mauro y ya no tienen nada que decirse.
Paula perdió a su madre muy temprano y ese duelo aún no es superado del todo. Durante su vida Paula escogió unas opciones pensando que estaría a salvo de otro choque emocional: por eso no quiso casarse con Mauro, ni tener hijos, pero es obvio que ha hecho una transferencia con todos los prematuros que han pasado por sus manos profesionales.
El día que Marco le anuncia que ama a otra y que la dejará, Marco pierde la vida en un accidente.

Seguiremos a Paula el primer año de su duelo. Está deshecha, rechaza el amor de su padre, está perdida con sus sentimientos y escondida detrás del dolor.
El doble choc que sufrió (la muerte de Mauro y su repudio como mujer) hacen que Paula busque una relación carnal. Y no es un azar si tendrá relación con dos hombres más jóvenes y bellos, porque es una venganza psicológica, necesaria a su reconstrucción. Paula aspira simplemente a que la vuelvan a desear.

¿Logramos conocer bien a la gente que nos rodea?

El libro está en adecuación con la situación evocada, es una historia moderna sin patos.
Creí, leyendo el libro, que Marta Orriols practicaba la Neonatología por la justeza de sus planteamientos y descripciones. Pero no es así, porque al final del libro Orriols agradece a la doctora que la recibió y aconsejó. Otro aspecto muy bien retratado en este libro, es aquel de la noción de equipo entre profesionales del mismo rubro, equipo que comparte a diario emociones tan fuertes que sellan las amistades a nunca jamás.
Un pensamiento hacia el libro admirable de Rosa Montero donde tenemos en paralelo dos duelos, el de la autora y el de Marie Curie.
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Una portada bonita para un título que inicialmente me resultó más que extraño. Pero dos comentarios en Instagram me provocaron deseos de leerlo. de leer un libro magistralmente escrito, con palabras sencillas que esconden ideas y sentimientos profundos y antagónicos: el amor y el odio, el rencor y la añoranza, la vida y la muerte.

Una primera novela que arranca sonrisas y en ocasiones te pellizca el corazón. Una novela sobre la importancia de aprender a irse, como decía @queridajuliet en su reseña. Pero también sobre saber dejar que las personas se vayan, para continuar con el propio camino.

Esta una de esas novelas cotidianas, sinceras, que dejan a la protagonista desnuda ante el lector haciendo que sea fácil empatizar con ella y ponerse en su piel.
A pesar de ser a priori una historia triste, la novela esconde ciertos puntos de humor y frescura que la convierten en una historia vital y esperanzadora. Además, considero que en este caso es todo un acierto la forma en la que la autora mezcla la narración de los hechos que van teniendo lugar con fragmentos tipo diario con los pensamientos de Paula.
Es una novela que me ha dejado un regusto agradable y optimista a pesar de lo triste de la historia, seguramente gracias al estilo tan delicado e intimista de la autora, que consigue encontrar el equilibrio entre un extremo y otro, consiguiendo llevar al lector a un intenso viaje interior junto a la protagonista camuflado en una historia en la que aparentemente no sucede nada, pero que supone toda una debacle para ella.
Una historia sencilla, cercana y tan real que podría ser la historia de cualquiera de nosotros; el tira y afloja que mantiene una persona con la vida, intentando aferrarse a algo que le haga seguir adelante y no le deje mecerse en ese cálido vacío que a veces parecen ser la tristeza y la soledad.
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Este libro ya me enamoró con su portada. Una gran ilustración de Marta Bellvehí hizo que sintiera curiosidad por este ejemplar y así conocer la primera novela de Marta Orriols. Tras echarle un ojo a su sinopsis ya aumentaron más aún las ganas de leerlo. Y es que es cierto, con Lumen, siempre aciertas.

En este libro conocemos a Paula Cid, una neonatóloga de 42 años, justo en el momento en el que su vida da un vuelco de 180 grados y se rompe completamente tras conocer que Mauro, su pareja, fallece en un accidente. A esto le sumamos que justo horas antes, Mauro la invita a almorzar para comunicarle que deja su matrimonio tras largos años de casados.

Ya solamente con esta sinopsis hace que no puedas dejar de seguir leyendo el libro, y a través del resto de sus páginas conocemos a una Paula rota, a la dura vida que se le presenta tras este hecho fatídico. Una vida que tiene que reescribir, en la que no le queda otra que ser valiente y poder empezar de nuevo.

Marta Orrios nos narra la historia de tal manera, con tal sencillez, cercanía y cotidianidad que hace que te metas de lleno en los sentimientos de Paula, dividida entre el rencor, el amor y el odio que siente tras ves que su vida se rompe completamente. Según vas leyendo sientes que podría ser la historia de cualquiera de nosotros y hace que hasta duela por momentos, haciéndote partícipe de la situación.

Paula además, decide llevar con secretismo el hecho de que Mauro la haya dejado horas antes del fallecimiento, y convive en una situación en la que se le hace más difícil aún, no pudiendo desahogarse abiertamente ante la gente que le rodea; aunque a veces le entran ganas de gritarlo.

Hay una lucha entre el negativismo y positivismo a lo largo de la obra. Todos los de su alrededor le aconsejan que tiene que rehacer su vida, animándola, y diciéndole que aún es joven, pero nada de esto, en el presente de Paula, se le hace fácil.

En resumen, seguiré de cerca las siguientes publicaciones de esta autora, ya que me ha parecido un buen libro lleno de sentimientos, que recomiendo leer.
Enlace: http://www.mrwonderbook.com/..

El tema central del libro es el duelo, la pérdida de un ser querido. Pero, ¿qué pasa cuando perdemos algo que ya no era nuestro? ¿Es entonces nuestro dolor menos real? ¿Debería serlo? Esta historia nos habla de pesimismo y optimismo al mismo tiempo y nos enseña a amar la vida simplemente por el hecho de que estamos vivos. A través de Paula, la protagonista, seremos capaces e sentir la lucha continua con los sentimientos, las idas y venidas con nosotros mismos cuando no nos encontramos en nuestro mejor momento.
Sin duda, una historia que se queda contigo y no te suelta, una novela intensa pero muy necesaria sobre la realidad de perder a alguien importante en tu vida. A mí personalmente me ha encantado, aunque he de reconocer que en algún momento se me ha hecho especialmente dura y he necesitado un respiro ya que la forma de narrar de la autora consigue que empatices al cien por cien con la protagonista. Ha sido mi primera toma de contacto con Marta Orriols, pero desde luego, no será la última.