La biblioteca en llamas

Me ha parecido un libro muy interesante. Detalla el incendio de la biblioteca de Los Angeles en 1986. de paso nos explica el desarrollo del mundo bibliotecario. Lectura interesante para quien le guste esta tematica o quiera conocer un poco más el tema.

Hoy os hablo de bibliotecas, en general. Lugares que adoro y que aunque no nos pertenecen, siempre podemos sentir que son nuestros, que son nuestra casa.
Aunque en la sinopsis del libro se nos habla de la investigación sobre el incendio de esta biblioteca, en realidad el libro toca poco esa parte. Se centra más en la historia de la biblioteca antes y después del suceso.
A pesar de que el libro ha sido algo diferente a lo que yo esperaba encontrar, no os podéis imaginar lo que he disfrutado con su lectura.
Tiene absolutamente de todo: Historia de bibliotecas, evolución del papel de los bibliotecarios y de sus funciones, arquitectura de bibliotecas, conservación de libros, las cosas tan diversas que hay archivadas en algunas bibliotecas... Y así podría seguir.
A mi, como usuaria de una biblioteca pequeñita (aunque bien surtida y muy activa) en un pueblo de 5000 habitantes, se me escapa el concepto de una biblioteca como la que aquí se describe; ha sido como leer ciencia ficción, una ciencia ficción maravillosa y que realmente disfrutan otras personas.
Mis recuerdos de infancia y adolescencia más agradables están vinculados a la biblioteca: mi primer libro en préstamo, la primera vez que me dejaron ir a hacer un trabajo (qué mayor me sentí), buscar libros entre los estantes mientras le "echabas el ojo" al chaval que te gustaba...las bibliotecas no son solo un almacén de libros, son lugares vivos, de reunión, de comunidad, que han sabido ir cambiando para atraer a un público diferente.
Estaría todo el día hablando de este tema y alabando el libro, pero es mejor que lo leáis y lo disfrutéis como yo he hecho.

'La biblioteca en llamas' es la historia del devastador incendio que acabó con más de un millón de libros de la biblioteca pública de Los Ángeles, noticia que pasó completamente desapercibida porque ese mismo día tuvo lugar el accidente de Chernóbil. Así que Susan Orlean, la autora, decidió llevar a cabo una investigación para saber quién podía haber sido capaz de quemar una biblioteca y el porqué.

Pero no todo quedó ahí, a partir de ese hilo conductor, Susan se adentró de lleno en un viaje por la historia y con él nos lleva de la mano hasta el mismo corazón de las bibliotecas, con una mezcla de datos históricos, investigación periodística y documental, que hacen la lectura súper interesante y entretenida. Me ha sorprendido la capacidad de sintetizar tanta información diferente, tantos personajes e historias, y exponerlo de una manera tan impecable y, además, cautivadora. Reconozco que al principio pensé que quizá en algún momento me aburriría pero para nada ha sido así. Creo que es de esos libros ideales para intercalar o combinar con otra lectura, más que para leerlo del tirón, y que todo amante de los libros y las bibliotecas debería leer.

El 29 de abril de 1986, la biblioteca pública de Los Angeles sufrió un incendio provocado, ardiendo durante horas y destruyendo o dañando miles de libros. Fue uno de los mayores incendios de un edificio público que se conocen. Sin embargo, este suceso pasó totalmente desapercibido para el resto del mundo ya que coincidió con el accidente de Chernóbil.

Susan Orlean, novelista, quedó completamente fascinada por este acontecimiento y decidió llevar a cabo una investigación para traernos este ensayo novelado, en el que nos transmite su amor por los libros, a la vez que aprendemos datos interesantes sobre bibliotecas, concretamente la de Los Angeles, la reconstrucción de lo que pasó ese día y sobre la vida de Harry Peak, el presunto pirómano.

A pesar de no haber provocado ninguna víctima mortal, el incendio destruyó un millón de libros y alteró las vidas de varias personas implicadas en el buen funcionamiento de la biblioteca.

Aunque no es una novela propiamente dicha y cada capítulo se dedica a un tema diferente, algunos de mayor interés para mí, otros menos, me ha gustado descubrir muchos de los datos ofrecidos. La vida de Nancy Pearl, bibliotecaria, que hasta tiene una figurita de juguete a su imagen, o aquellas bibliotecarias que viajaban a caballo entre diferentes pueblos para llevar los libros a su destino. Pero sin duda, la parte que me ha resultado más interesante es todo lo relativo a Harry Peak, narrado al más puro estilo de una novela de “true crime”. Y alrededor de todos estos datos, Susan nos cuenta su relación con las bibliotecas y con los libros, en la que cualquiera de nosotros podría verse reflejado, dando un toque emotivo a la novela.
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Breve sinopsis:

La biblioteca en llamas es la historia real de como en 1986 ardió la Biblioteca Central de Los Ángeles, donde se perdieron cerca de un millón de libros. Un misterio sin precedentes de cómo llegó a arder durante más de 7 horas, cómo se creó el incendio perfecto para arrasar con casi todo.

Mi opinión:

Al igual que la autora yo crecí en la biblioteca, ella con su madre y yo con mi tío Pedro, por aquel entonces él era estudiante universitario y yo una niña de 7 años que iba a un lugar con cientos de libros donde escoger, un sofá con cojines y horas por delante para disfrutar, aquello era el paraíso. Con el tiempo me dejaban llevar libros a casa y siempre me llevaba el máximo posible y sufría el ya sabido estrés lector de llevar a tiempo tus lecturas. Pues ésta no es sólo una lectura sobre el misterio del incendio si no que también la autora nos deleita con detalles sobre las bibliotecas como su organización, los puestos de trabajo, los cambios que éstas han sufrido a lo largo de los años, las organizaciones que se han creado para apoyar proyectos en ellas y un sin fin de detalles que la autora relata de una manera maravillosa.

No puedo más que dar las gracias a Temas de hoy por el envío de este maravilloso ejemplar que desarrolla una bonita parte de mi vida y a la vez me ha enseñado un acontecimiento olvidado tan relevante para la historia.

Me pareció un libro estupendo, pese a que la trama no es lo que se dice la de un novelón de misterio, ni un tremendo whodunnit, pero está muy bien escrito y demuestra una concienzuda labor de investigación y un buen saber hacer que logra que, contando lo que cuenta, el libro sea entretenido y mantenga la necesaria dosis de intriga para acabarlo y, sobre todo y especialmente, demuestra un extraordinario amor por los libros y las bibliotecas.
La narradora, por una casualidad del destino, acaba en Los Ángeles y, acostumbrada desde la infancia a frecuentar bibliotecas, entra en la Biblioteca Central de la ciudad y escucha un comentario sobre su incendio. Ella, usuaria y enamorada de las bibliotecas, se sorprende de no haber tenido noticia del siniestro, ni siquiera de la publicación de algún periódico sobre un hecho tan importante como la práctica desaparición del fondo bibliográfico de una biblioteca tan grande, así que comienza a hacer preguntas y acaba investigando en profundidad tanto el incendio como la vida y personalidad del su presunto autor.
Y es que el incendio no trascendió en demasía por coincidir en el tiempo con la tragedia de Chernobyl: la biblioteca se incendió el 29 de abril de 1986, tres días después, justo al día siguiente del reconocimiento del accidente en la televisión oficial soviética en un breve comunicado cuando ya la enorme radiación había sido percibida en gran parte de Europa. Como es normal, los periódicos y demás medios estaban más interesados en el seguimiento de un desastre de imprevisibles consecuencias que en el incendio de una biblioteca por muy importante que fuera. Y que, pese a la virulencia con la que consumió libros, desde afuera no parecía la cosa tan grave porque el edificio resistió.
La autora quiere saber qué pasó realmente y quien provocó el incendio. al fin y al cabo es periodista (y del New Yorker, que no es cualquier cosa), así que durante la lectura seguimos las averiguaciones que va haciendo y con ella vamos conociendo la historia de la biblioteca, tanto en su aspecto funcional como depósito de libros y depósito de conocimiento (en un edificio de arquitectura muy innovadora en su día pero que tras el incendio estuvo a punto de la demolición no por los efectos del mismo sino por considerarlo una antigualla inservible para su uso) como en su vertiente de centro cultural y de servicio público dinamizador de la ciudad e incluso como refugio de indigentes y punto de interés para los servicios sociales.
También conocemos a las personas que la han dirigido a lo largo de su periplo, mujeres y hombres entregados a su labor, el funcionamiento de la biblioteca como biblioteca central de la que dependen las demás, el personal que trabajaba en ella, los usuarios y, sobre todo, al supuesto incendiario: el rubio Harry Peak ("rubio, muy, muy rubio"), un aspirante a actor que miente más que habla y que, con tal de conseguir la notoriedad que su mediocre carrera como actor no le ha dado, va reconociendo y negando hechos que pueden incriminarlo, liando y dificultando con ello las labores de investigación que tampoco fueron de lo más concienzudas.
Como relata el propio libro "Harry tenía una especial habilidad a la hora de maquillar los acontecimientos para que su vida pareciese menos simple y mezquina" y según su hermana "era el mayor trolero del mundo".
Además del hecho en sí del incendio y su supuesto autor (o no), el libro relata la odisea de intentar salvar el mayor número de libros y buscar salidas para limpiarlos pero, sobre todo, salvar los que no resultaron afectados por el fuego pero sí por el agua que los bomberos aplicaron más que generosamente sobre ellos.
Los guardaron en cámaras frigoríficas hasta que pudieran extraer el agua, secarlos y restaurarlos con la generosidad de algunos y pese a la tacañería de otros. E igualmente nos cuenta la búsqueda de una salida también para el edificio que unos querían salvar y otros derribar.
Finalmente, nos cuenta que toda la gestión del problema supuso un punto de inflexión en cuanto a la protección de las bibliotecas frente al riesgo de incendio, el diseño y la previsión de medidas preventivas y la regulación de protocolos para el futuro.
Físicamente el libro, publicado por Temas de Hoy, es muy bonito, rojo con letras doradas imitando a libros de otras épocas, con papel blando, que lo llamo yo, que permite flexionar el libro e incluso voltear las páginas leídas de la izquierda hacia atrás y ponerlas debajo de lo que te queda por leer. Cada capítulo se introduce con títulos de varios libres, con su ISBN o como se llame el sistema de catalogación en Los Ángeles, con títulos en inglés relativos a la capítulo que introducen. Así, el primero se encabeza por libros que llevan la palabra "begin", y así sucesivamente.
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Este libro ha llegado a mis manos gracias a Bookish, una caja de suscripción literaria que cada mes nos sorprende con un libro recién salido del horno. Esta no es una lectura que yo personalmente hubiera leído por mí misma, no tanto por la historia que cuenta, sino por cómo está narrada, pero es justo eso lo que tanto me gusta de Bookish, que todos los meses consiguen sacarme de mi zona de confort en cuanto a libros se refiere. La primera vez que vi este libro no sé por qué pensé que se trataba de una novela, pero después descubrí que es un género a caballo entre el ensayo y el periodismo de investigación. Mi experiencia con este tipo de géneros no es muy positiva, y es que no consigo adentrarme de lleno en la historia. Con La biblioteca en llamas me ha pasado esto mismo, me ha parecido que cuenta una historia muy interesante, pero no he sido capaz de disfrutarla por completo.

La autora, que es la narradora de esta historia, toma su papel de periodista y comienza un trabajo de investigación sobre el incendio que tuvo lugar en la Biblioteca Central de Los Ángeles el 29 de abril de 1986. Para ello, emprende un viaje hacia las raíces de este suceso, que le llevará a conocer los testimonios de los principales protagonistas de esta historia, los bibliotecarios y bibliotecarias que trabajaban allí aquel fatídico día y los que le sucedieron, así como el del principal sospechoso de haberlo causado, Harry Peak. Acompañaremos a Susan en un recorrido por los diferentes puestos que hay en una biblioteca, y descubriremos la historia de numerosos libros que de alguna manera se han perdido por culpa de guerras y creencias. El trabajo de investigación que la autora ha tenido que llevar a cabo para elaborar este libro ha sido descomunal, y ha debido de ser un esfuerzo titánico.

En cuanto a la narrativa, Susan Orlean incluye multitud de líneas temporales que pueden complicar un poco la lectura, pero nada por lo que alarmarse. Sin duda es un libro con el que he aprendido muchas cosas, como el trabajo que llevan a cabo los y las bibliotecarias o cómo funciona una biblioteca y cuáles son sus departamentos. Pero esto no es suficiente para que un libro me llene, y es que me ha sabido a poco. Como comentaba anteriormente, este no es un género que a mi personalmente me guste. Algunas historias que se cuentan sí me han parecido interesantes, pero otras no me han entusiasmado mucho. Quizás en otro formato lo hubiera disfrutado más, pero este estilo periodístico no termina de convencerme, porque en cierto modo me resulta algo tedioso.

La biblioteca en llamas es una oda a las bibliotecas, un canto a la lectura, una apología de los libros. Lo recomiendo sobretodo si te interesa conocer desde dentro el funcionamiento de una biblioteca, y más en concreto cuál es el sistema que se utiliza en las bibliotecas de Los Ángeles.
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Acabar con los libros de una cultura es sentenciarla a algo peor que la muerte: es sentenciarla a parecer que nunca existió".El 29 de abril de 1986 ardía la Biblioteca Central de Los Ángeles

📚🔥LA BIBLIOTECA EN LLAMAS. SUSAN ORLEAN📚🔥

📌El 29 de abril de 1986 sucedieron, por lo menos, dos cosas. La principal fue que en la planta nuclear de Chernóbil, en el norte de Ucrania, explotó el reactor nuclear número cuatro. La segunda, que lógicamente pasó bastante desapercibida en el mundo debido a la enorme preocupación que generó la primera, fue que ardió la biblioteca pública central de Los Ángeles. Se trataba de un extraño edificio con influencias egipcias y mediterráneas, extravagantes esculturas y mosaicos históricos, construido en 1926. El incendio duró siete horas y los bomberos que participaron en su extinción afirmaron que nunca habían visto algo parecido; en el interior las temperaturas llegaron a los 1.000 grados centígrados. Alrededor de un millón de libros quedaron destruidos. Aunque nadie murió, algunas vidas también quedaron destruidas.

✒️ Susan Orlean decide plasmar este hecho en un largo e interesante reportaje, mezclando su propia historia personal con una impecable documentación de los hechos, dando como fruto un sinfín de historias, resultando todas ellas súper interesantes.

🔥Cuando este libro cayó en mis manos pensé que al tratarse de una crónica periodística, no me iba a gustar. Craso error el mío y cómo doy las gracias de aventurarme a leerlo, porque ha sido una lectura que he disfrutado muchísimo.

🔥Se trata de un viaje por el increíble universo de las bibliotecas, sus usuarios y las personas que trabajan en ellas.
Un homenaje maravilloso.

🔥Descubrirás historias fascinantes y personajes que nunca olvidarás.

📌Uno de mis personajes favoritos, Charles Lummis, un periodista aventurero y bastante excéntrico que nombraron director de la biblioteca a principios del siglo XX. Impulsó su actividad de una manera fascinante: hacía poner en los libros pseudocientíficos y malos una tarjeta que decía “Este libro es de la peor clase que tenemos en la biblioteca. Lamentamos que no tengas mejor criterio y quieras leerlo”. Sus esfuerzos para atraer a la gente funcionaron y la biblioteca se volvió realmente un lugar popular al que acudían personas de cualquier clase social.
Tienes que leer sí o sí esta historia.

🔥Calificaría este libro de ser un libro absorbente, enriquecedor, dramático, inquietante y emotivo.
No sólo es periodismo de investigación, es un recordatorio del papel tan importante que han tenido/tienen y tendrán las bibliotecas y los libros en nuestras vidas, sin ser nosotros conscientes de ello.

Una lectura que he disfrutado muchísimo.

El 29 de abril de 1986, mientras el accidente nuclear de Chernobyl ocupaba todos los diarios a nivel mundial, la Biblioteca Central de Los Ángeles sufrió un devastador incendio. Durante las siete horas y media de un fuego que, en su momento de mayor virulencia, alcanzó casi los mil grados centígrados, ser perdieron unos 400.000 libros y otros 700.000 resultaron dañados.
Fue la mayor catástrofe de una biblioteca pública estadounidense en la historia. Un hecho insólito que ningún periódico cubrió por el accidente de Chernobyl.

Rara vez leo novelas que no sean de ficción, pero he aquí la excepción. Partiendo del trágico incendio ocurrido en la Biblioteca Pública de Los Ángeles, Susan Orlean hace un repaso extensísimo (y perfectamente documentado) del incendio de la biblioteca de Los Ángeles y también de otras bibliotecas (desde la de Alejandría, entre el mito y la realidad, hasta la quema de libros en la Segunda Guerra Mundial), así como de anécdotas y testimonios de muchos trabajadores.

El resultado es un homenaje completo y precioso a las bibliotecas; un libro que, por tanto, debe formar parte de la tuya propia. Si bien el punto de partida es explorar aquel hecho, la autora busca entender cuál es el valor de las bibliotecas públicas y cómo pueden ser reimaginadas en la actualidad.
Pero al final de la lectura, seas amante o no de los libros, queda una cuestión en el aire: ¿Quién querría quemar una biblioteca? ¿Y por qué?
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