Una cura para el alma

Dos almas arrogantes condenadas a entenderse. ¿Pueden un duque y una mujer trabajadora en el Londres Victoriano salvar el abismo que los separa? Una historia de coraje y ternura, perfectamente ambientada, con una protagonista audaz, unos magníficos personajes secundarios y una trama romántica de las que llegan al corazón y dejan una sonrisa en los labios.

Londres 1890. Paige Clearintong ha cumplido el sueño que tenía desde niña: convertirse en doctora. Sim embargo, recién graduada en la Escuela de Medicina para mujeres de Londres, tendrá que enfrentarse a un reto inesperado: curar, bajo coacción, al hijo del duque de Breighton.
Matthew, el hijo del duque cae desmayado en el parque mientras Paige pasea, el deber como doctora hace que corra en su ayuda. Paige tiene claro el diagnóstico del pequeño, pero el doctor del duque al tratarse de una mujer no tiene en consideración su opinión y la invita a que abandone la casa del duque.
Los días pasan y Paige no logra dejar de pensar en pobre muchacho, ella sabe que la enfermedad es difteria, pero no puede hacer nada para que la crean. Pero el destino es caprichoso y el doctor del duque abandona la ciudad por un motivo personal y es por este motivo que requieren en palacio con urgencia los servicios de Paige.
El pequeño Matthew está grave y Maximilliam, el duque, hace que traigan con urgencia a Paige para que trate a su hijo. Las condiciones son extremas, no puede abandonar el palacio y tendrá que vivir allí hasta que su hijo mejore o muera. La difteria y el torbellino de emociones que le provoca el padre de su paciente marcarán unos días llenos de temor, pero también de una insospechada ternura.

El duque de Breighton…
Maximilliam Hensworth lleva una vida retirada, rigorista, perfectamente cuadriculada. La repentina enfermedad de su hijo y la necesidad de aceptar que lo trate una joven doctora -la única persona que parece saber cómo salvarlo- pondrán a prueba su paciencia y también sus más profundos principios. La galena es insolente, altanera y terriblemente inadecuada, pero despierta en Max una pasión que creía haber olvidado.

Mi valoración personal:
Mariam Orázal, ganadora del XI Premio Vergara de Novela Romántica, el más prestigioso del género, nos sumerge en el Londres Victoriano con Una cura para el alma con Paige Clearington una mujer que se dedica a la medicina en un momento en el que la ciencia estaba vetada a las mujeres.
Marian nos sitúa en plena sociedad Victoriana donde las convenciones sociales, los diferentes estatus sociales y la sociedad opresiva hacia las mujeres estaban a la orden de día. Paige nuestra protagonista siempre luchó por su sueño que fue el de llegar a ejercer la misma profesión que su padre: la medicina. Pero en esta época aún esta profesión estaba muy mal vista, gracias a gente como Las siete de Edimburgo que fueron el primer grupo de mujeres universitarias matriculadas en una universidad británica y a su tesón por la “igualdad en esta época “de una profesión hasta entonces dedicada solo a los hombres, Paige podrá demostrar que ella es capaz de salvar la vida de incluso el hijo de un duque.
Paige te cautiva por su tesón, su profesionalidad y por esos momentos de ternura que nos va mostrando con el avance de la novela. Max es la otra parte e esta historia, un hombre serio, que riguroso pero que cuando conoce a Paige esa fachada se irá cayendo poco a poco para descubrimos a un hombre que aguanta el peso de la responsabilidad y que se ha vito solo ante la crianza de un hijo.
Una lectura ágil, donde en cada momento Mariam consigue que sientas la angustia de un padre por salvar a su hijo, la desesperación de una doctora en querer salvar a su paciente y el amor que todo lo irá impregnado poco a poco.

En conclusión, un libro lleno de ternura, emoción y que al cerrarlo acabas con una sonrisa en la cara. Sin duda un gran premio merecido el que se llevó esta novela ya que Marian ha conseguido que cierre la novela y sienta que la gran doctora Paige ha sabido ganarse tanto el corazón de Max como el mío propio.

Paige Clearington es una solterona de treinta años que acaba de terminar la carrera de medicina. Es un hito importante si tenemos en cuenta que estamos en Londres en 1890, y que ha tenido que licenciarse en la escuela de medicina para mujeres, la única a la que una fémina de la época podía optar.

Paige ha logrado cumplir su sueño tras largos años de estudio, y muchos inconvenientes. Pero ser hija y sobrina de médicos le ha proporcionado una inestimable experiencia desde niña. Pero conseguir graduarse, es tan sólo el inicio de una larga carrera de obstáculos para una mujer de su época.

Nuestra protagonista es terca y obstinada, también rebelde y peleona, y no se muerde la lengua. Pero si fuera una tranquila dama no habría logrado sus objetivos. Me encanta el personaje y llena el libro ella sola. Es una mujer decidida que sabe lo que quiere y lucha por ello. Sueña con levantar clínicas gratuitas para los más desfavorecidos, y para ello busca patrocinadores.

Maximilian Hensworth se convirtió en duque de Breinghton a los diecisiete años. Tuvo que dejar atrás la alegría juvenil para convertirse en lo que sus pares esperaban de un duque de su majestad. Tras contraer matrimonio muy joven, ahora es viudo y padre de un niño de cinco años. Es un hombre serio, recto e intimidante. Es todo un ejemplo de rectitud y un personaje estupendo. Es un padre cariñoso a pesar de que las costumbres de la época dictan distancia con los vástagos.

Matthew tiene cinco años, ostenta el título de marqués de Whillonshire y contrae la difteria, para sorpresa y estupor de los suyos.

Los tres personajes principales son fruto de su época. El niño ha recibido una estricta educación. Es comedido en sus actos a pesar de su juventud y la enfermedad que padece. La nota discordante la aporta Paige. Ha luchado mucho para estar donde está, y sigue peleando para conseguir acercar la medicina a las clases más bajas. La doctora no se deja pisar por el duque y disfrutamos de sus disputas. Él no está acostumbrado a que le lleven la contraria, y mucho menos una mujer de una clase social inferior a la suya.

Hay varios personaje más, la mayoría muy interesantes. Me gustaría saber más de Andrew, conde de Redditch. Es un buen apoyo para nuestra protagonista. Y la descripción de servicio de la casa se ve muy realista, aunque son un tanto peculiares.

Paige termina siendo la doctora del pequeño, y tendrá que luchar por la vida de su joven paciente. Eso da pie a la autora a describirnos diferentes aspectos de la vida a finales del siglo XIX. Nos muestra la lucha contra las enfermedades infecciosas, la mala calidad de vida de las clases más bajas, la falta de higiene y de la atención médica más elemental. Mezclando realidad con ficción nos habla de los avances en la guerra contra las enfermedades infecciosas, de la falta de derechos laborales y de la precaria situación de la mujer con independencia de su clase social.

No conocía la pluma de la autora, pero tuve un pálpito con este libro y me lancé de cabeza. La portada es discreta pero tiene algo que te hace mirar el argumento. Y ahí ya estás perdida porque te vende un libro diferente.

“La cura del alma” es un romance histórico, así que vamos a encontrar una bonita historia de amor entre dos personas muy diferente. Pero también nos muestra una visión de la última decapada del siglo XIX que no dejará indiferente a nadie. La parte romántica es creíble y está muy bien integrada en la trama. El libro es un todo, y la fusión de temas le ha quedado realmente bien. Me gusta lo que cuenta y como lo cuenta.

La pluma de la autora es fantástica. Con un rico y variado vocabulario consigue meternos de lleno en la historia que nos narra. Nos muestra lugares y personajes con todo lujo de detalles, pero sin aburrirnos. Las descripciones son geniales y puedes imaginarte las sucias calles de Londres y como si estuvieras allí.

Ha sido una maravillosa sorpresa esta novela, y espero poder leer pronto otras novelas de la autora. Creo que ha recibido un merecido premio Vergara. Os animo a darle una oportunidad a Miriam si es que aún no habéis leído nada suyo. Y si ya lo habéis hecho no dejéis escapar este libro.

¡Hola a todos!

Es la primera vez que leo a esta autora y no va a ser la última, pues me ha conquistado con su historia y estoy deseando poder leer algo más de lo publicado por ella. También quiero darle las gracias a la autora por haberme tenido en cuenta para reseñar su libro, con el que Mariam Orazal ha ganado el XI premio Vergara, ¡enhorabuena! es un premio merecidísimo.

Lo primero que llamó mi atención sobre este libro fue la portada, una portada preciosa con relieves y una combinación de colores suaves que la hace maravillosa visualmente. Lo segundo que llamó mi atención es el argumento pues... ¿cómo va a ser posible una relación entre dos personas de clases tan distintas como son un duque y una doctora en plena Inglaterra victoriana?

Con la muerte de James Barry como punto de partida, iniciamos esta historia situada en Londres victoriano. al escuchar una conversación de su padre donde se le informa que a su muerte se ha descubierto que el doctor James Barry era en realidad una mujer, la pequeña Paige Clearington descubrirá que es posible hacer realidad su sueño y se da cuenta de que, a pesar de ser mujer, ella también puede llegar a ser médico como su padre.

Veinticinco años después, tras muchos años de estudio y de arduo esfuerzo, Paige ha cumplido ese sueño y se ha convertido en doctora. Desde muy niña ha tenido claro que quería convertirse en médico como su padre, pero eso no significa que lo tenga fácil ya que a diario tiene que luchar contra la incomprensión y la desconfianza de la gente que no la toma en serio ni la considera a causa de su género.

Ahora es una mujer de 30 años que se dedica a cuidar y atender a aquellos que lo necesiten. Un día paseando por Hyde Park junto a su primo Andrew atenderá a un niño que se ha sufrido un desmayo, este pequeño resultará ser Matt, marqués de Willonshire, hijo y heredero del duque de Breighton.

Tras la revisión del pequeño empieza a sospechar que lo que le pasa es algo más serio que un simple resfriado como sugiere el médico familiar, y aunque expresa sus dudas no será tomada en cuenta ni por el doctor de la familia ni por el duque.

Días más tarde la situación del niño empeorará y ante la ausencia del médico de la familia, el duque decidirá llamar a Paige para atender al pequeño, puesto que esta supo tratarlo adecuadamente la primera vez. Tras la revisión del niño Paige confirmará que lo que padece es difteria, una enfermedad contagiosa y prácticamente mortal en aquella época.

A partir de ese momento el duque le exigirá a Paige dedicación exclusiva para su hijo, incluyendo el mudarse a la casa para estar pendiente de este, a pesar de la renuencia de Paige a residir en la residencia ducal. La desesperación se cernirá sobre la casa del duque ya que ni todo su poder ni fortuna puede detener a la enfermedad que avanza siguiendo su curso y nada parece ayudar al pequeño.

Maximiliam Hemsworth, duque de Breighton es el típico duque, distante, arrogante y muy consciente de sus deberes y obligaciones para con el título. Es un hombre que tiene todo lo que su dinero y poder pueden comprar, pero eso no ayudará a que su pequeño recuperé la salud. Está acostumbrado a ser tratado con deferencia y a ser obedecido de inmediato, así que la irreverencia y firmeza de opinión de Paige le horroriza y fascina a partes iguales.

Desde el primer momento entablaran un duelo de voluntades ya que el duque está acostumbrado a ser obedecido y a salirse siempre con la suya, pero Paige no se lo pondrá fácil ya que su rebeldía y fuerte carácter no le hace fácil plegarse a los deseos del duque y obedecer órdenes y mucho menos tratar con el protocolo acostumbrado a la nobleza.

Nos encontramos con una historia con un planteamiento bastante original, que dista mucho de lo que solemos encontrar en las novelas de este género, en la que veremos un profundo trasfondo feminista a pesar de la época en la que transcurre la historia. Tenemos una protagonista en la que veremos representadas a las mujeres que iniciaron el movimiento feminista y la lucha por los derechos de las mujeres. Ella lucha por defender su derecho a ejercer su profesión en un mundo donde no se la toma en cuenta y donde se la maltrata y ningunea solo por el hecho de ser mujer.

Los protagonistas piensan que una relación entre ellos no es posible debido a su diferente estatus social y creen que deben elegir entre su amor y su deber, entre el amor o su profesión. Los personajes que se ven atrapados en una situación imposible, ya que las distintas clases sociales y sus diferentes formas de vivir la vida los hacen muy inconvenientes el uno para el otro.

La atracción tendrá un papel importante, pero ambos intentarán resistirse a ella y a diferencia de otras historias de este tipo, ella no suspira de amor por él desde el comienzo, al contrario. La relación entre ambos personajes es algo que se da despacio, pues a pesar que ambos sienten una intensa atracción, su relación de empleada-empleador hará que mantengan las distancias hasta que la pasión los desborde. Entonces comenzarán una relación si promesas ni expectativas, solo vivir el momento.

El libro tiene 382 páginas divididas en: prólogo, 33 capítulos y epílogo. Está narrado en tercera persona llena de diálogos, lo que da fluidez a la lectura y la convierte en una historia que se lee de manera rápida y amena. La pluma de la autora es ágil y fluida utilizando un lenguaje sencillo y un buen trabajo de documentación que hace de su lectura una delicia. La autora ha mezclado algún hecho histórico con la ficción de manera que se complementan a la perfección y que le da verosimilitud a la historia, de manera que podemos pensar que bien pudieron ser ciertos los hechos que nos cuenta, aunque la nota de la autora al final del libro nos contará en que se inspiró para escribir esta historia y lo que es histórico o las licencia literarias que se ha tomado.

Me encantan las historias en las que ambos protagonistas tienen una relación, cuando menos decir tirante y llena de malos entendidos, donde piensan lo peor el uno del otro, pero que se van conociendo poco a poco y dándose cuenta de que son el uno para el otro. También tendremos algunos encuentros amorosos, aunque no son lo principal de la historia, y que están narrados de una manera muy elegante y sutil.

La historia me ha resultado algo angustiosa en ocasiones ya que la autora hace que te encariñes con los personajes, sobre todo con el pequeño Matt y ver como va empeorando sin que puedan hacer nada por él, como soporta estoico los dolorosos tratamientos que le hacen, te toca el corazoncito pensando en lo que sufrían los niños en esa época en la que las enfermedades acababan con un alto porcentaje de la población infantil.

He disfrutado mucho leyendo este libro pues es una historia con un trasfondo reivindicativo que nos muestras las desigualdades sociales y de derechos que se sufrían a finales del siglo XIX con una historia de amor de fondo maravillosa, donde ambos protagonistas tendrán que aprender a confiar el uno en el otro y a liberarse de los prejuicios sociales.
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Cuando oyes hablar bien de un autor y la sinopsis de su obra te llama la atención, a veces, tienes un poco de miedo al comenzar la lectura de uno de sus libros porque temes que no sea para tanto y que, al final, su trabajo te decepcione por tener tan altas expectativas. Por fortuna, Una cura para el alma y Mariam Orazal se merecen todas esas alabanzas y más.
La novela nos traslada a la Inglaterra de 1890, en la que su protagonista, la doctora Clearington, intenta hacerse valer en el campo de la medicina, pese a que sus coetáneos no se lo ponen nada fácil a las mujeres para ejercer semejante labor, ya que la mayoría no ve con buenos ojos que una joven sea médico. Por ello, Paige debe enfrentarse, cada día, a esos infundados prejuicios sociales para hacer realidad sus sueños.
Además, la señorita Clearington, acostumbrada a decir lo que piensa —sin tapujos ni medias tintas—, se cruza en la vida de un duque un pelín estirado y la peligrosa enfermedad que aqueja al encantador y dulce hijo de este… con lo que, como supondréis, la trama está servida; y de qué manera.
Es la primera vez que leo una de las historias de Mariam Orazal y me ha encantado. Su forma de escribir es absolutamente fabulosa porque no solo tiene las ideas muy claras y sabe desarrollarlas —con la calma justa, por supuesto—, sino que su labor de investigación es alucinante y logra hilar todos los detalles de un modo que resulta muy natural.
Una cura para el alma es una novela romántica con mayúsculas y no es de extrañar que fuera galardonada con el Premio Vergara porque en el libro se nos relata la preciosa historia de amor que surge entre Paige y Max y, de paso, se ensalza la figura —tan desconocida— de aquellas admirables pioneras que, en plena época victoriana, se pusieron el mundo por montera y lucharon por estudiar y ejercer su profesión. Aunque he de decir que no sé cuál de los dos protagonistas lo tiene más difícil porque, como veréis en el libro, las estrictas normas sociales constreñían tanto a las féminas como a los nobles, por muy duques que estos fueran.
Yo he disfrutado muchísimo con su lectura porque esta novela es una verdadera maravilla que, desde luego, os recomiendo.

«Una cura para el alma» es una novela del género romántico histórico, ganadora del XI Premio Vergara a la mejor novela romántica. Siendo mi primera lectura de su autora, Mariam Orazal, con la que estoy maravillada por lo bien que escribe y el cuidado en el detalle que pone en su obra.

Con una portada de libro diseñada con unas tonalidades suaves y que mediante un juego de luces y sombras, revela pequeñas pizcas de la esencia de su obra. Nos adentraremos en la antesala de una historia de superación, de una mujer recién graduada en la Escuela de Medicina para Mujeres de Londres. En una época en la que imperaba una acérrima oposición a aquellas primeras mujeres que tuvieron la valentía de luchar, contra la discriminación de género que sufrían por parte de una sociedad con estrictas convicciones. Siendo este uno de los hitos a destacar en el desarrollo de la historia de esta novela.

Aunque como en toda novela romántica, también nos encontraremos con una bonita historia de amor, que girará en torno a otro hito importante de aquella época. ¿Podrán un duque y una mujer trabajadora del Londres victoriano salvar el abismo que los separa?, ¿puede nacer el amor entre dos almas arrogantes pertenecientes a dos mundos diferentes?

Maximilliam Hensworth, el Duque de Breighton, es un hombre que goza de un respeto y un prestigio sin igual, siempre guiado por la contención, la educación y la respetabilidad, justo lo contrario de nuestra protagonista, Paige Clearington, una mujer inteligente, terca e impertinente, a la que poco le importan las convicciones. Un personaje con el que he simpatizado desde el primer momento, por representar el espíritu de lucha de aquellas primeras mujeres originarias del movimiento feminista de finales del siglo XIX.

Condenadados a entenderse en un principio, por la necesidad de salvar la vida del hijo del duque Breighton, contagiado por asombro por difteria. No tardarán en descubrir una ternura y una pasión que los llevará a replantearse sus más profundos principios. ¿Lograrán escapar del rigor y los prejuicios propios de la sociedad aristocrática de aquella época y ser libres?

Una bonita historia de amor, que nos viene a mostrar que los sueños pueden mutar en su búsqueda de la felicidad. Y sin duda, una novela merecedora del premio que le ha sido otorgado, por su excelente pluma y por el trabajo de documentación e investigación desarrollado, en su afán de hacer sentir orgullosas a todas aquellas valientes comprometidas en la lucha por los derechos de las mujeres.