Me gustó mucho más esta segunda parte que la primera. El surrealismo del cuento de hadas ya está mucho más apaciguado y la historia se centra más que nada en la sobrevivencia al mundo de la fama, con todo lo que eso conlleva, y en la superación del dolor de Ella. Además, los conflictos no son de pareja, y eso me pareció genial. Mientras Ella y Brian se adaptan a su nueva vida, viven su amor sin inconvenientes. Tenía miedo de lo que podía pasar en este libro, pero estoy muy feliz de haberlo leído. Me gustó mucho. |