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Como más se disfruta este libro, sin saber mucho, esperando para saber que va a pasar y montándote tus teorías mientras te va sugestionando lo que encuentras. Es un libro cargado de intriga y ambigüedad, que se lee de una sentada mientras estás pasando páginas como un descosido para saber que puede ser verdad y qué mentira o que va a pasar con el protagonista. La narración sencilla y muy fluida. El enganche presente en cada página. Las ilustraciones en blanco y negro de Jon Klassen que acompañan al texto le viene que ni pintado al libro, mostrando lo que no podemos imaginar. Las descripciones las justas y perfectas para verte envuelto en ese halo tenebroso y disfrutar. Y los personajes están bien montados, sobre todo el protagonista Steven, un niño un poco retraído con sus miedos y manías, los personajes secundarios hacen bien su función pero quedan totalmente desdibujados en presencia de este, supongo que el autor lo ha hecho a propósito para tener las mismas pautas que el protagonista.
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