Adentrarse en el universo onettiano es siempre un desafío, escritor de culto de características extraordinarias. Tierra de nadie no es una novela tradicional, su estilo (Onetti al fin) es peculiar, muy complejo y enrevesado, estamos ante una genialidad que espanta al lector. No hay una historia en sí misma, sino que son diferentes personajes cuyos relatos se yuxtaponen sin una lógica narrativa. Asomarnos en cada una de las ventanas de los micromundos de sus personajes e intentar unirlos en una trama es un reto analítico para el lector. Esas ventanas que nos acerca un relator omnipresente, se abren a una Buenos Aires sucia, lúgubre y desesperada de la cual los personajes quieren escapar en un clima de creciente escepticismo. Esa huída es con destino incierto, a un paraíso utópico que se va deshilachado a medida que avanza el relato. No veo la circunstancia o la persona a la cual podría recomendar su lectura. Onetti es genial pero no es para todos los lectores, desgraciadamente he caído fuera su amplio grupo de cultores. + Leer más |