La asombrosa bibliotecaria de Little Rock

La portada me prometía una lectura divertida, fresca y emocionante, con la cual podría disfrutar como ya había disfrutado de otras obras de esta autora.
Niki no ha sido un personaje que me haya entusiasmado pero tampoco Allan. Ambos los encontré distantes y alejados de lo que la historia me decía. Ella es una joven de 30 años, viviendo en su pequeño pueblo natal y trabajando en la biblioteca municipal, y sin embargo se me presentaba como una persona inocente, sin ninguna experiencia y fuera de lugar con su entorno haciendo lo que los demás esperaban de ella y sintiéndose frustrada con su vida. Vale que la chica no tuviese mucha experiencia y que un pueblo no es lugar para soltarse la melena, pero ni tanto ni tan calvo…. Y Allan es un hombre hecho a sí mismo, que ha pasado por los marines para después trabajar para el gobierno, y que a los 32 años, ya cansado de todo eso, decide terminar siendo el sheriff de un pequeño condado, con unos gustos un poco perversos, un rechazo sistemático al compromiso y un gran sentido del deber. Vamos, que parece que a esa edad ya está a punto de jubilarse.
La trama estaba bien, me resultó interesante, un incidente en el hogar, ayudar a un vecino, una aparición inesperada, hasta ahí todo iba fenomenal y no entiendo la necesidad de retorcerlo después. Escenas totalmente fuera de lugar, para nada necesarias e incrustadas con calzador. Tuve la sensación de que se podían haber cortado fragmentos y nadie se había molestado en dar el enlace correcto, hilar bien la historia. Por otro lado la trama de misterio, aunque bien montada no me resultó nada interesante y si muy obvia.
Sinceramente creo que las prisas no son buenas y tengo la sensación de que en este libro han influido negativamente, espero que esto sea solo una excepción y volver a disfrutar de otra de sus historias como lo hice hasta ahora.

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